El presidente Alberto Fernández junto a su Gabinete participaron de la misa realizada en Luján en rechazo al intento de magnicidio contra la vicepresidenta Cristina Kirchner. La oposición no fue.
Este sábado, el presidente Alberto Fernández junto a su Gabinete participaron de la misa realizada en Luján en rechazo al intento de magnicidio contra la vicepresidenta Cristina Kirchner.
El jefe de Estado estuvo sentado en primera fila del importante templo católico con el ex mandatario Eduardo Duhalde y la referente de Madres de Plaza de Mayo, Vera Jarach.
“La fraternidad es un don y una tarea, difícil, compleja, pero necesitamos darnos un clima de fraternidad”, pidió el arzobispo, Jorge Eduardo Scheinig.
Y añadió: “Estamos en un tiempo extremadamente delicado. La paz social está frágil y amenazada. Y somos responsables de asegurarla y cuidarla”.
También, Scheinig mostró su preocupación de que no “se malinterprete el gesto” de la ceremonia eclesiástica.
“Mucho lamentaría que se malinterprete este gesto. La Virgen de Luján es Inmaculada y cualquier mala intención, lejos de mancharla a Ella, nos mancha aún más a nosotros mismos”, sostuvo.
Y remarcó: “La novedad hoy es animarse a abrazar al otro desde las entrañas, perdonarlo de corazón, empezar de nuevo las veces que hagan falta”.
Por último requirió “romper las cadenas del odio, tener palabras, gestos y acciones que busquen dignificar a los otros y apostar por salvarnos todo”.
Cabe destacar que únicamente fueron referentes del Frente de Todos. Juntos por el Cambio no aceptó la invitación porque consideran que “siguen siendo actos oficialistas”.
