El abogado querellante insiste en su pedido para que declaren como testigos 21 empleados del sanatorio La Trinidad de Palermo.
A más de un mes de la muerte de la periodista y legisladora Débora Pérez Volpin, su familia denuncia que la causa está “paralizada” por la falta de avances en la investigación. Así lo expuso el letrado Diego Pirota, que insistió en que se haga lugar a su pedido de que declaren como testigos 21 empleados del sanatorio La Trinidad de Palermo.
Pérez Volpin murió el 6 de febrero en el centro de salud luego de someterse a una endoscopia, estudio que le habían ordenado hacer después de que se presentara en el sanatorio por sufrir dolor abdominal. Por esta causa son investigados la anestesista Nélida de la Puente y el endoscopista Diego Bialolenkier.
La querella pidió a la fiscal a cargo de la investigación, Nancy Olivieri, el pedido para que sean citados a declarar como testigos 21 empleados de La Trinidad de Palermo. Entre ellos están la jefa, la subjefa y la técnica anestesista del quirófano de la clínica, así como a cinco instrumentadoras que estaban en el lugar y que asistieron a las maniobras de reanimación de la ex conductora de Arriba Argentinos.
Según consigna una nota de TN, la familia de Débora está convencida de que la muerte de la periodista fue por una causa vinculada al estudio y el abogado apuntó a la anestesista. Pirota cree que la médica “no eligió el mecanismo aconsejado de reanimación, al momento de desatarse la crisis”.
Los resultados preliminares de la autopsia indicaron que el cuerpo presentaba lesiones en el esófago y el estómago que habrían sido causadas por el endoscopio. En esta línea la querella presentó un escrito en el que afirman que no están seguros que el dispositivo entregado por La Trinidad sea el mismo que se usó en el estudio. La causa fue caratulada como “homicidio culposo” y se esperan los resultados de los estudios microscópicos para confirmar la antigüedad de las lesiones.