El saldo comercial de bienes arrojó un rojo de $ 2.690 millones en 2017.
Por Roberto Pico
La cultura también fue arrastrada por el atraso del tipo de cambio y el comercio internacional de esta clase de bienes dejó en 2017 un déficit de $ 2.690 millones de pesos.
El desequilibrio tiene un punto fundamental: la decisión de editores e imprentas de mudar sus trabajos a países vecinos por la diferencia de costos en dólares que afectó a la Argentina en los últimos años y la posibilidad de comprar títulos en el exterior.
El INDEC elaboró un trabajo en que el desglosó la producción de bienes culturales con cifras bases de 2004 con cierre en diciembre del año pasado.
Y si bien la ecuación se modificó en los últimos tres meses por la devaluación, las cifras muestran un panorama de cómo es el escenario económico del sector en la Argentina.
El estudio indicó que durante el año pasado se realizaron exportaciones de bienes culturales por $ 856.847.000, mientras que las importaciones totalizaron $ 3.546 millones. De esta forma surge el rojo de $ 2.690 millones.
Este desequilibrio se explica a partir del rubro “libros y publicaciones” que realizó compras externas por $ 2.720.061.000, justamente por la conveniencia de imprimir fuera del país y la facilidad de traer obras extranjeras a favor del “dólar barato”. En cambio, las exportaciones de este ítem fueron de apenas $ 593.135.000.
El gasto en el exterior de “libros y publicaciones” el año anterior fue record, creciendo 68% frente a 2016 y cuadruplicando las cifras de 2015.
Un derrotero similar mostró el rubro “audiovisual”, que influenciado por la avalancha de latas foráneas tuvo adquisiciones por $ 755.908.000. Este valor fue 27% superior a 2016 y 78% superior a 2015.
En cambio las exportaciones de producciones culturales de la Argentina durante el año anterior fueron de apenas $ 64.120.000.
El trabajo del INDEC también precisó que el sector de bienes culturales le da trabajo a 308.564 personas, de las cuales menos de la mitad está registrado, 142.977.
Cerca de un tercio del total de empleados del sector se concentra en el segmento “audiovisual” donde se computan 101.651 puestos de trabajo, de los cuáles algo más de la mitad está inscripto formalmente.
La segunda rama fuerte es la publicidad, con 48.568 trabajadores y apenas algo más de 20.000 en regla.
En una misma magnitud se muestra “Diseño” en donde según el INDEC realizan tareas 47.512 personas, de las cuales sólo 22.497 están en blanco.
En tanto, en la producción de libros y publicaciones se computaron cerca de 40 mil empleos con sólo 17 mil registrados.
Entre 2016 y 2017 el sector generó 7.820 nuevos empleos, casi en su totalidad “en negro”, ya que de acuerdo a los números oficiales sólo hubo registraciones formales de unos 600 trabajadores.
Este comportamiento afirma la idea de que si bien pueden existir sectores que encuentren posibilidades de crecimiento, la incorporación de trabajadores al circuito forma no guarda la misma relación debido a los costos laborales que se deben afrontar.
Este sea tal vez el máximo desafío de la economía argentina, que por estos meses quedó en un segundo plano porque la fuerte devaluación licuó los salarios pero que tarde o temprano emergerá nuevamente.
