La leyenda de la selección brasileña pasa uno de los peores momentos de su vida. El divorcio pone en juego su patrimonio que está valorado en más de 160 millones de euros.
Por Juan Manuel Godoy
El exfutbolista brasileño Roberto Carlos, considerado uno de los mejores laterales de la historia del fútbol, atraviesa un momento personal difícil tras decidir separarse de su esposa, Mariana Lucon, con quien estuvo casado durante más de 15 años. Según informó el medio español Estadio Deportivo, el exjugador ha optado por alojarse temporalmente en el centro de entrenamiento del Real Madrid, en Valdebebas, mientras se resuelve el proceso de divorcio, que se anticipa como una disputa compleja debido a la considerable fortuna del exfutbolista, estimada en aproximadamente 160 millones de euros.
De acuerdo con Estadio Deportivo, Lucon continúa residiendo en la vivienda principal de la pareja, mientras que los padres de ella ocupan la segunda propiedad de Carlos. Esta situación ha llevado al exjugador a buscar refugio en las instalaciones del club madrileño, donde mantiene un rol como embajador. La relación entre ambos, que comenzó en 2009, dio lugar al nacimiento de dos hijas, Manuela y Mariana, quienes ahora se ven afectadas por la separación de sus padres.
El divorcio no solo implica una ruptura emocional, sino también un desafío legal y financiero. La fortuna de Roberto Carlos, acumulada durante su exitosa carrera como futbolista y sus actividades posteriores, será un punto central en las negociaciones. Según lo reportado por Estadio Deportivo, se espera que el proceso sea complicado, dado el elevado patrimonio del exjugador, quien brilló durante su etapa en el Real Madrid entre 1996 y 2007, logrando conquistar cuatro títulos de LaLiga y tres trofeos de la Liga de Campeones de la UEFA.
El brasileño, que también fue campeón del mundo con su selección en 2002, es recordado por su participación en el legendario equipo de los «Galácticos», donde compartió vestuario con figuras como David Beckham, Ronaldo Nazário y Luis Figo. Su legado en el fútbol es indiscutible, pero su vida personal ha estado marcada por episodios que han generado titulares. Hace una década, Carlos sorprendió al público al revelar en una entrevista que es padre de 11 hijos con siete mujeres diferentes. «Ahora vivo con Manuela y tengo varios alrededor. Tengo siete en Brasil, uno en México, uno en Hungría que vive en Alicante y los demás están en Brasil», declaró en su momento, según recogió Mail Sport.
El medio británico también destacó que tres de los hijos de Carlos son fruto de su primer matrimonio con Alexandra Pinheiro, mientras que los demás provienen de relaciones posteriores. Este aspecto de su vida personal ha sido objeto de atención mediática, aunque el exfutbolista ha preferido mantener un perfil bajo en cuanto a los detalles de su vida familiar.
El vínculo de Roberto Carlos con el Real Madrid sigue siendo fuerte, incluso después de su retiro como jugador. Actualmente, desempeña funciones como embajador del club, lo que le permite mantener una conexión cercana con la institución que marcó su carrera profesional. Sin embargo, su decisión de alojarse en Valdebebas refleja la magnitud de los desafíos que enfrenta en su vida personal. Según lo publicado por Estadio Deportivo, esta medida es temporal mientras se resuelve la situación con su exesposa y se define el futuro de sus propiedades.
El caso de Roberto Carlos pone de manifiesto cómo las figuras públicas, a pesar de su éxito y reconocimiento, no están exentas de enfrentar problemas personales complejos. La separación de Lucon, con quien compartió más de una década y media de matrimonio, representa un capítulo difícil en la vida del exfutbolista, quien ahora busca reorganizar su vida mientras continúa desempeñando su papel como representante del Real Madrid.
A medida que avanza el proceso de divorcio, se espera que surjan más detalles sobre la resolución de los aspectos legales y financieros. Por el momento, Roberto Carlos se encuentra en un espacio que le resulta familiar, rodeado de los recuerdos de su época dorada como jugador, mientras enfrenta uno de los desafíos más significativos de su vida personal.