La decisión en el FMI es «dejar hacer» al equipo económico hasta las elecciones. Después, habría modificaciones en la política cambiaria.
Por Marcelo Bonelli para Clarín
Toto Caputo escucha los reclamos y así responde: “Después de octubre hablamos”. Sintetiza así un objetivo más político que económico. Milei está dispuesto a usar las herramientas a su disposición para mantener controlado al dólar hasta las elecciones del 26 de octubre.
Es el mensaje que los “Toto boys” le trasmiten a los bancos.
Ocurre en medio de las intrigas y acusaciones entre los funcionarios y los banqueros, que aumentaron la última semana.
La tensión subió con la aparición de Pablo Quirno, quien culpó a banqueros, economistas, periodistas y kichneristas por la tensión en el mercado. No mencionó los errores no forzados del equipo económico en este repaso de responsabilidades, que los hubo.
Los chats de los banqueros arden. Allí se subrayan equivocaciones que se cometieron en política económica.
El primero fue no acumular dólares en el BCRA entre abril y junio. En los bancos extranjeros, nucleados en ABA, se menciona el desarme de las LEFIs que elevó las tasas. Cayó la actividad en julio, algo calculado en el propio staff económico, y el riesgo país toca los 900 puntos.
Clarín anticipó la cuestión en su momento. Hubo –por lo menos– tres decisiones claves: la primera fue en enero al bajar el ritmo de devaluación al 1 %. Luego, la decisión de comprar billetes cuando el valor del dólar toque el piso de la banda que es de 1.000 pesos. La última, la cuestión de las LEFIs.
Esta semana desde Economía se reconoció que se iba a intervenir en el mercado, algo que habían prometido no hacer.
En privado los banqueros marcan esa contradicción.
En un “memo” que circula entre varios de esos jerarcas se insiste que el objetivo político de ganar las elecciones de octubre, sobre todo las de la provincia de Buenos Aires, es primordial. Aumentar el músculo político y sobre todo derrotar al kirchnerismo en su principal fortaleza requiere el sostenimiento de un dólar controlado y de una inflación que se mantenga en baja.
Ya pasó esa falsa euforia que hizo que el ministro desafiara con aquella frase: “Comprá, no te la pierdas campeón”.
En la Argentina las euforias son efímeras. Es una enseñanza de la historia. Después aquella frase, se reiteró -hasta por el streamming de Fantino- que el dólar flota. A Caputo, Bausili y Quirno los arengaba el propio “Tronco”.
La decisión de intervenir fue imprevista. Frenó la suba, pero no tranquilizó las cosas .
Los técnicos del FMI están inquietos con la medida: contradice lo escrito en el acuerdo. Pero comprenden las necesidades políticas de este volantazo.
Hasta ahora en Washington hay mutismo.
Clarín confirmó que Kristalina Georgieva, la jefa del FMI, tomó una decisión política: dejar hacer hasta que terminen las elecciones, reconociendo así que las legislativas son un parteaguas para el gobierno libertario.
En Washington insisten que después de octubre habrá modificaciones en la política cambiaria: el FMI va a sugerir una liberación del dólar.
Domingo Cavallo fue duro con Toto Caputo. También circuló en el mercado un informe inquietante de Miguel Ángel Broda. Toto advierte: “Nosotros somos un equipo profesional de gobierno”.
A la cuestión se agrega la tensión electoral. La elección del domingo está pareja. El Javo y Kicillof tienen la misma encuesta: ambos confían en los números de Federico Aurelio.
El documento de Aurelio afirma que el kircherismo está 3 puntos arriba, pero hace 2 semanas Milei era el que lideraba por 4 puntos.
En estos cambios puede haber influido el escándalo de los audios de Spagnuolo y también la toma de conciencia del electorado que el domingo tiene que votar en la Provincia.
Las denuncias sobre la droguería y la conducta sospechosa de los implicados creó nuevos fantasmas alentados y agitados por la oposición política y el silencio inicial del oficialismo.
En la Isla de Nordelta, donde viven los dueños de la Suizo Argentina, habita gente muy importante del mundo de los negocios. Vecinos directos de los Kovalivker son Marcelo Mindlin, la familia Roemmers, Eduardo Costantini y Mauricio Filiberti. La “Chola” Simeone -Caro Baldini- le vendió su chalet lindante a Kovalivker.
También se comentó en ámbitos empresarios la novedosa decisión del tribunal que tratará la Causa Cuadernos. Los jueces estarían dispuesto a aceptar una impensada “reparación integral” de 40 acusados: piden extinguir la acción a cambio de abonar una millonaria indemnización.
La cuestión haría viable el juicio: hay imputados 100 personas. Se utilizaría una reforma del Código Penal .
Además, Ilan Goldfajn, el titular del BID, llega el próximo lunes a Buenos Aires. Una comisión de diputados de la oposición le pedirá una audiencia privada para intentar conocer el destino de algunos préstamos.
El jefe del Arca, Juan Pazo, fue a Washington en misión secreta a negociar un tema sensible: existen problemas con el acuerdo bilateral de intercambio de información tributaria.
El “Internal Revenue Service” –la DGI de EE.UU.– habría detectado filtraciones en el uso de datos y eso alertó a EE.UU. El tema es delicado: por eso Pazo viajó para dar explicaciones con buena parte de la plana mayor de la DGI y la Aduana.
Mientras, en la interna del Gobierno todos se miran de reojo por las grabaciones clandestinas que se han ventilado.
Así ocurrió desde el comienzo de la gestión de Milei. Ya se sabe que Nicolás Posse, el primer jefe de Gabinete de este gobierno, fue eyectado abruptamente por hacerle espionaje a Karina Milei.
Ahora volvieron los sospechosos de siempre. Pero Pato Bullrich, la ministra de Seguridad, elaboró un informe confidencial acusando a Franco Bindi, un personaje con fuertes vínculos con el chavismo y con el kirchnerismo, que está en pareja con la diputada Marcela Pagano, que supo ser del núcleo inicial de Javier Milei y ahora está fuertemente enfrentada con Karina y con los hermanos Menem.
Karina se podría preguntar qué hizo la SIDE y la Casa Militar, bajo cuya esfera de influencia está la Casa Rosada, para evitar las grabaciones clandestinas.