Los “lobos” de Wall Street anticiparon lo que va a ocurrir: no aceptan la propuesta. El presidente Alberto Fernández sabe que el Gobierno entra en una turbulencia fenomenal. La fecha clave: el próximo 22 de mayo.
Por Marcelo Bonelli para Clarín.
Los jefes de los principales fondos acreedores de Argentina ya rechazaron la oferta de pago que hizo ayer pública la Casa Rosada. Ocurrió en las jornadas previas al anuncio en la Quinta de Olivos, durante tensas negociaciones con Martín Guzmán. Ayer, el Gobierno confirmó los anticipos de Clarín sobre la propuesta de pago con quita del 62 %.
El ministro tuvo un diálogo turbulento con los líderes de los tres comités acreedores de la Argentina y de los principales fondos de Wall Street. Guzmán habló en secreto con BlackRock, Greylock, Pimco y Fidelity para sondear la aceptación de la fuerte quita de la deuda.
Los “lobos” de Wall Street coincidieron y le anticiparon lo que va a ocurrir en las próximas jornadas: que no aceptan la propuesta y rechazan la abultada quita que pretende la Argentina.
Guzmán contragolpeó y anticipó dos decisiones. Primero les advirtió que “esta es la única propuesta de pago. No habrá otra”.
También jugó fuerte – por indicación de Alberto Fernández- y les adelantó algo que va a ocurrir la semana próxima.
Ya es oficial que el vencimiento -por 500 millones de dólares – del 22 de abril está incluido en el monto que Argentina quiere renegociar y, por lo tanto, el miércoles próximo la Casa Rosada no va a abonar esos intereses. En otras palabras: Argentina activa el calendario de 30 días, que podría terminar en otro default de la economía.
Así, Alberto Fernández sabe que el Gobierno entra en una turbulencia fenomenal en las próximas cuatro semanas. La fecha clave: el próximo 22 de mayo.
BlackRock -el principal fondo de inversión internacional- lidera un comité que representa el 40% de los acreedores de Argentina. En esta semana, Guzmán tuvo una conferencia con sus referentes: Gerardo Balzaretti y Sergio Trigo Paz .
El ministro les precisó los números de la quita y los años de gracia que incluye la propuesta argentina.
El dúo de banqueros le comunicó que era inaceptable. Explicaron que la combinación de las exigencias de la Casa Rosada hacían que el nuevo bono sólo tenga una paridad del 37%. Los financistas reclamaron otra cosa: un valor mínimo superior al 45%.
La conversación fue tirante y ahí fue cuando Guzmán adelantó una decisión que había tomado junto a Alberto Fernandez.
En su timbre de voz bajo y monocorde el ministro afirmó: “Esta es nuestra única propuesta. Y no vamos a flexibilizarla. No vamos a cambiar su contenido. No se negocia”.
El “teléfono roto” en estas conversaciones se repitió en varias oportunidades. Guzmán reiteró la dura posición de Argentina en los diálogos con Hans Hume. Hume es el CEO de Greylock, que maneja a 80 acreedores de Argentina. El abogado – en defensa de fondos buitres – participó en el 2001 agresivamente en la negociación del último default.
También hubo rechazo de parte de Jonathan Kelly, el poderoso financista que maneja Fidelity. Los “lobos” de Manhattan sostienen que esa inflexible actitud inicial forma parte de la negociación del Palacio de Hacienda. Pero estiman que – más rápido que tarde – Argentina va a entrar en una negociación en las próximas cuatro semanas para evitar un default. No le creen a Guzmán.
Así lo expresó un paper que circuló anoche en Wall Street. Ese documento confidencial asegura : “la propuesta será rechazada porque es mala. Argentina va a hacer otra propuesta antes del 22 de mayo para evitar el default”.
Ese documento confidencial también incluye críticas al ministro y sugerencias sobre lo peligroso que sería para Argentina entrar en cesación de pagos. Dice que la crisis del coronavirus y el default seria un combinación letal.
Ya entre el último miércoles y ayer al mediodía los bancos asesores de Guzmán intentaron flexibilizar la dureza de la Quinta de Olivos. Anoche decían que habían logrado cierta flexibilización final y que la propuesta era mejor a lo esperado.
Los operadores del trío de bancos – el francés Lazard , el HSBC y Merrill Lynch – buscaron a referentes políticos del Frente de Todos y a varios ministros para hacer una flexibilización de la propuesta. Hablaron con influyentes como Gustavo Beliz y Cecilia Todesca . También se comunicaron con Matías Kulfas . La “troika” atendió los teléfonos y sólo escuchó las sugerencias . Los bancos asesores pretenden un acuerdo: así se aseguran cobrar sus jugosas comisiones y honorarios.
Igual hay contradicciones: Joseph Stiglitz tuvo una influencia decisiva sobre la dureza de Guzmán. Pero -a la vez – influyó para la contratación de Lazard Freres de París, a través de su director Daniel Cohen.
Béliz, Todesca y Kulfas tuvieron similar respuesta: comunicaron que Guzmán es el único interlocutor oficial con los acreedores.
Así cumplieron con una orden estricta del Presidente : “Martín es el único del Gobierno que habla con los acreedores”. El Presidente repite en Olivos su admiración por Guzmán: “es un gran tipo. Muy capaz. No sobran”.
También los banqueros buscaron a Sergio Massa, de fluido diálogo – desde hace tiempo – con Manhattan. Massa se alineó con la directiva presidencial. Así respondió a las tentaciones de los financistas: “yo respaldo la oferta del Ministerio de Economía” .
Pero – a diferencia de los ministros – abrió una puerta al diálogo: “una vez elevado el programa de pago, la semana siguiente podemos hablar”. En sus diálogos secretos, el ministro Guzmán comunicó a los bonistas que la propuesta argentina esta enmarcada en los lineamientos del FMI.
Se trata de un mensaje claro: convencer a los bonistas de que hay apoyo del FMI.
Sin dudas, Kristalina Georgieva le dio un respaldo político al gobierno de Fernández. Pero todos desconfían: aún se desconoce si es un apoyo solo personal, o también institucional del FMI .
En otras palabras, quieren que las declaraciones de Georgieva se traduzcan en un aval real del directorio del FMI.
Por eso, al máximo nivel de la Casa Rosada se estuvo negociando – hasta ayer al mediodía – un apoyo explícito en estos días del Fondo a favor de la propuesta argentina.
Hasta ahora no hubo respuesta: Georgieva – en cambio – hizo ayer tibias declaraciones a favor de Argentina. El papel del FMI en toda la crisis internacional es otra vez paupérrimo. Se dedicó a hacer informes catastróficos y Georgieva a pronosticar una depresión peor que la de 1930, sin evaluaciones claras , ni precisas. El FMI es famoso por no acertar sus proyecciones.
El G7 quiere que el Fondo tome un rol activo para enfrentar la crisis internacional. Pero la ausencia de ideas en su conducción también la sufre la Argentina.
Hubo una iniciativa de habilitar una ayuda a través de la utilización de los Derechos Especiales de Giro. Utilizar la cuota de DEG hubiera sido un alivio para Argentina y muchos países.
Pero ayer Georgieva hundió la iniciativa y no tuvo la valentía de decir la verdad: Donald Trump vetó ese mecanismo, porque implicaba también una ayuda a enemigos de Washington como Irán y Venezuela.
En Argentina – la semana próxima – habrá mas medidas de auxilio. Serían para abonar los salarios de abril.
La discusión en el gabinete sucede en medio de un sonoro silencio: el de los líderes empresarios y de organizaciones industriales que no hacen escuchar su vos a pesar de estar en juego el propio aparato productivo.