Ante el Tribunal Oral que lo juzga, el ex secretario de Obras Públicas declaró sobre el origen del dinero que quiso ocultar en el Convento de General Rodríguez aquella madrugada del 14 de junio del 2016.
En su primera presentación en el juicio oral vinculado a los bolsos con US$ 9 millones que intentó esconder en junio de 2016 en un convento de General Rodríguez, José López aseguró que “después de mucho pensarlo, voy a declarar y voy a decir todo”.
El ex secretario de Obras Públucas nunca había dado nombres ni mayores precisiones respecto al origen del dinero.
En esta ocasión, el ex funcionario brindó más detalles y mencionó a la ex mandataria en varias oportunidades: “Yo sabía que los mensajes venían de Cristina Kirchner”, señaló, y denunció que fue “perseguido” por “el gobierno que integré”.
En una nueva indagatoria ante el Tribunal Oral Federal 1 (TOF 1), integrado por los jueces Adrián Grünberg, José Antonio Michilini y Ricardo Basílico, después de convertirse en “arrepentido” en la causa de los cuadernos de las coimas, López empezó a declarar por videoconferencia desde su domicilio resguardado que tiene por ser un imputado protegido.
Fue en la madrugada del 14 de junio de 2016 cuando buscó esconder en un convento de General Rodríguez casi 9 millones de dólares, 153.000 euros, 59.000 pesos y relojes Rolex.
Respecto a esa fortuna, el ex funcionario acotó: “Deseo explicar los motivos por los cuales no fui más preciso en las anteriores declaraciones: por temor a Cristina Kirchner, que es muy vengativa, desde que la conozco, hace mucho tiempo”.
Y allí empezó el relato de la madrugada en la que terminó detenido. “A mediados de mayo de 2016 fui citado a una reunión por Fabián Gutiérrez, quien fuera secretario privado de Néstor y Cristina Kirchner. Me dijo que necesitábamos mover una plata de Daniel Muñoz sin que se enterase su mujer, Carolina Pochetti, un monto grande. Dijo que era plata de la política”.
Pero más adelante apuntó directo contra la ex Presidenta: “Yo sabía que los mensajes venían de Cristina Kirchner más allá de que me decía que no quería que se enterase la mujer de Muñoz”.
A continuación, detalló algunos planteos realizados por Gutiérrez: “Me dijo que esto (mover el dinero) salga lo mejor posible para todos, me dijo que necesitábamos que se cumpla, sino las consecuencias pueden ser tremendas parta vos y tu familia”.
Fue el 13 de junio a la mañana cuando según su declaración, López dijo que recibió un mensaje de Gutiérrez que decía “hoy es el día”. “Ese 13 de junio me llamaron al rededor de las 23 horas. Como eran muchos bolsos me pidieron que unifique, por eso agarré una valija y como había un paquete importante de euros los puse en un bolso de mano color violeta, no sé la cantidad de euros. Ahora me entero por mi defensa que el bolso violeta no está en la causa”.
Pasaron varias horas de aquella noche, y López indicó que “me obligaron a subir al auto unas personas y salí de la casa rumbo al convento. Allí me esperaban tres personas y me dijeron que debía quedarme, que al otro día pasarían a buscar todo”.
Y siguió narrando: “Arrojé los bolsos por los muros y salté para ir a avisar que me abrieran el portón y así ingresar el auto con la valija y el bolso violeta. Les avisé en alta voz a quienes me vigilaban que ‘ahora sigo’ y por eso dejé el auto en marcha”. “Como el auto estaba vigilado pedí hablar con la Madre Alba”.
“Hablé para solicitarle que me iba a quedar esa noche en el Convento”, declaró sobre su diálogo con la monja que lo recibió.
– “¿Querés asilo? Qué hiciste, robaste algo, qué te pasa?” – “Madre yo no robo, yo ayudo al convento”, le contestó López.
Cuando ingresaron al dormitorio con unos escones pedidos por la Madre Alba, “una de las monjas me avisó que estaba la policía afuera y me puse muy nervioso y salí para ver si estaban las personas que me siguieron, no estaban y me puse más nervioso. Aturdido, me pasaron mil cosas por la cabeza, pensé que me habían entregado, que me habían usado como chivo expiatorio. Y empezó allí el operativo policial como si fuera una película. En ese momento sentí que ya no quería vivir más”