El ex presidente de Independiente reapareció a casi cinco años de su salida del club y se refirió a su lucha contra los barras.
A casi cinco años de su partida de Independiente, el ex presidente Javier Cantero habló de su lucha contra los barras, las amenazas de muerte que recibió, su relación con Julio Humberto Grondona y criticó duramente a la Policía por sus manejos en el fútbol. Alejado del ambiente desde el 23 de abril de 2014, trabaja como consultor en la empresa HYTSA y puede disfrutar de su esposa, sus tres hijos y sus cinco nietos.
“No extraño nada del fútbol, estoy mucho más tranquilo. Sigo viendo los partidos por televisión. No quiero ir a la cancha por si mi presencia genera algún tipo de disturbio. Después de los 60 uno se vuelve más sabio: disfrutó la vida en familia”, contó Cantero en una entrevista con Clarín, quien reveló que durante su mandato recibió la información de que tenían planificado asesinarlo.
Tras recibir un llamado telefónico, Cantero hizo la denuncia y luego se encontró con una mujer que lo había citado en un bar: “Esta mujer me dijo que su hermano estaba preso, que desde la cárcel hablaba con barras de Independiente para organizar todo… Y bueno, me dio detalles: me dijo que lo haría la barra de River, que iban a cruzarme un auto a la noche cuando volviera a mi casa y que la barra de Independiente al mismo tiempo iba a mostrarse en algún lugar público para marcar que no habían sido ellos”, precisó.
“Después los investigadores chequearon y era verdad que su hermano estaba preso, era verdad que Bebote se comunicaba con él. Todo cerraba. A partir de ahí empecé a tener custodia constante. Hasta que en un momento dejé también al policía porque me generaba dudas. No por el pobre hombre, pero sí por la institución policial: a ver si querían mis horarios, lo que hacía, lo que no hacía”, continuó Cantero.
A su vez, criticó duramente a los manejos de la Policía en el fútbol: “Cuando yo descubrí cómo se manejaba la Policía en el fútbol me di cuenta que era más difícil tratar con ellos que con los barras. Por ejemplo, nosotros pagábamos por una cierta cantidad de efectivos y después a los partidos venían muchos menos. Una vez hicimos que nos devolvieran parte del dinero y ¿cuál fue el resultado? En la siguiente asamblea de socios la pasamos muy mal, entraron los barras y no apareció ni un policía para custodiarnos”.
Respecto a su relación con Julio Humberto Grondona, expresó: “Él nunca me dijo pagale a la barra o arreglá con la barra. Al poco tiempo que asumí me preguntó qué iba hacer con eso y le dije que lo que prometí”, y agregó: “Cuando me amenazaron de muerte, le avisé lo que había pasado y él se puso nervioso. Estábamos en la estación de servicio de Sarandí y le tembló la mano, se le cayó el café, se quemó todo. Él siempre fue como un padre que daba consejos y yo quería despertar en él ese espíritu que había tenido cuando fue presidente de Independiente, pero él no estaba bien con el club. Le había jurado a la hija que no iba a pisar más el club”.
En tanto, detalló cómo fue que le ofrecieron “sacarse de encima” a “Bebote” Álvarez, líder de la barra brava: “Un ex jugador de Independiente me dijo que quería darme una mano con el tema de la barra. Me citó en un bar, me presentó a dos abogados y a un comisario. El comisario me preguntó cuánto me faltaba de mandato, le contesté que dos años y me dijo «perfecto, quedate tranquilo, yo te saco de encima a Bebote esos dos años. Un día de partido le ponemos cocaína en la camioneta y listo». A mí me dio miedo. Y encima decían que después había que ir a la comisaría Primera de Avellaneda para que ellos pusieran a un nuevo líder”.
En cuanto al futuro del fútbol argentino, consideró que “ponerles a estos violentos una tipificación penal es muy interesante porque además los dirigentes tampoco les van a poder dar dinero porque serían cómplices. Va a llevar un tiempo. Mis hijos quizá no lo ven pero mis nietos o mis bisnietos sí”.
