Muchos gobiernos han comenzado a debatir planes para limitar la capacidad de difundir noticias falsas y generar violencia a partir de la IA.
El debate sobre la regulación de la Inteligencia Artificial (IA) está tomando relevancia en gran parte del mundo, impulsado por preocupaciones sobre su capacidad para difundir noticias falsas y generar violencia, como se ha visto en incidentes recientes en Reino Unido y Brasil. Ante estos riesgos, muchos gobiernos han comenzado a trabajar en mayores controles sobre el uso de la IA y sus aplicaciones.
Sin embargo, figuras como Elon Musk se posicionan en contra de estas iniciativas. Musk, incluso, ha redoblado su apuesta al lanzar una herramienta para generar imágenes con IA en su plataforma X (antes Twitter), que rápidamente se convirtió en un fenómeno viral gracias a las creativas e insólitas imágenes generadas por los usuarios.
En América Latina, el consenso sobre la necesidad de regular la IA es significativo. Una encuesta de Luminate revela que el 55% de los latinoamericanos está a favor de establecer controles en este ámbito, proporción que aumenta al 65% entre quienes tienen conocimientos avanzados sobre la herramienta. Este apoyo se manifiesta con mayor fuerza en Brasil (72%) y México (67%), mientras que Argentina registra un 56%.
La investigación “DemocracIA”, que analiza la percepción de la IA en Argentina, Brasil, Colombia y México, muestra cómo el conocimiento influye en la percepción del riesgo. Por ejemplo, mientras el 40% de las personas en la región cree que la IA puede afectar la integridad electoral, entre quienes están familiarizados con la tecnología esta proporción sube al 47%. Brasil lidera estas preocupaciones con un 52%, seguido de Colombia (51%), México (47%) y Argentina (39%).
En cuanto a las implicaciones sociales, un 37% de los encuestados teme que la IA agrave las desigualdades, cifra que asciende al 44% entre quienes comprenden mejor el tema. Nuevamente, Brasil encabeza esta percepción, con un 52%.
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Además, menos de un tercio de los encuestados (28%) cree que sus países están preparados para enfrentar los desafíos que plantea la IA. Argentina ocupa el tercer lugar con un 28%, detrás de México (33%) y Brasil (29%).
El rechazo a la IA en áreas sensibles como la justicia o los servicios sociales es otra tendencia destacada. En Argentina, el 58% de los encuestados se opone a su uso en decisiones judiciales, y el 51% rechaza su aplicación para determinar la asignación de beneficios sociales. En toda la región, el rechazo a la vigilancia política también es notable, con Argentina liderando la desaprobación (23%).
En el plano internacional, Brasil está marcando el camino en cuanto a regulaciones. Su Senado aprobó un proyecto que contempla sanciones de hasta 50 millones de reales para empresas que violen normativas, además de crear un ente regulador. Entre las medidas destaca la prohibición del uso de IA para crear o distribuir contenido sexual con menores, en un esfuerzo por combatir los “deepfakes” dañinos.
Mientras tanto, en Argentina, el presidente Javier Milei ha planteado un enfoque diferente. Inspirado por su admiración por Musk, se opone a las regulaciones estrictas, argumentando que estas limitarían la libertad de expresión. Además, ha anunciado un plan para convertir al país en un polo de innovación en IA, vinculado a un proyecto nuclear que estará bajo la supervisión de su asesor Demian Reidel.
Este contraste de enfoques refleja la complejidad del debate sobre la IA: entre los riesgos y oportunidades que ofrece, los gobiernos de la región enfrentan el desafío de encontrar un equilibrio adecuado.