En los últimos años bajó el índice de delincuencia y cerraron prisiones; el Gobierno decidió usarlas para asistir a los inmigrantes.
La agencia del gobierno de Holanda encargada de recibir a los refugiados en el país abrió las prisiones vacías para acomodar la gran cantidad de inmigrantes que buscan asilo.
El porcentaje del crimen en el país y la cantidad de reclusos bajó considerablemente en los últimos años y, por ese motivo, varias cárceles cerraron. En contraste, el número de inmigrantes comenzó a aumentar (más de 50.000 personas entraron a este país sólo el año pasado) y la Agencia Central de Recepción para quienes buscan asilo vio la solución.
A pesar de que no están autorizados para trabajar, los refugiados que ingresen pueden practicar el idioma y aprender a andar en bicicleta, una habilidad esencial para vivir en Holanda. El hecho de estar en una prisión no los perturba.