Aunque resta un último «voto técnico» de la cámara baja, es un hecho que una de las promesas de campaña del presidente comenzará a regir el 1 de enero.
Con la aprobación del Senado, el martes por la noche, la histórica reducción de impuestos impulsada por el presidente Donald Trump en Estados Unidos es casi un hecho. Contiene importantes recortes impositivos para la mayoría de los estadounidenses y sólo resta un voto técnico de la Cámara de Representantes para dar el visto bueno a tres pequeñas modificaciones al proyecto que el mismo organismo había aprobado ayer por la tarde.
Salvo esos detalles, la versión definitiva es fruto de un trabajo de conciliación interno de la bancada republicana y aunque no contó con los votos favorables de los demócratas (fue un ajustado 51-48), estos forzaron las últimas modificaciones. Pero lo básico se mantiene y consiste en lo siguiente:
. Reducción del 35 al 21% en el impuesto de sociedades que pagan las empresas
Es la piedra angular del plan fiscal que prometió Trump en la campaña electoral. Quería que la bajada fuera al 20%, pero finalmente accedió al 21% debido a reglas del Congreso que no permiten aprobar una ley de impuestos que incremente el déficit por más de 1,5 billones de dólares en un plazo de diez años.
La medida entrará en vigor el 1 de enero de 2018 y provocará que el fisco estadounidense deje de recaudar un billón de dólares en la próxima década.
. Reducción del 39,6 al 37% en el impuesto a la renta individual de altos ingresos
Lo pagan los hogares con ingresos de medio millón de dólares al año. Es, básicamente, reducir las tasas para los más ricos del país.
. Doblar la cifra límite en el impuesto a las sucesiones
Otro de los puntos destacados de la reforma impositiva es la reducción del impuesto de sucesiones: los republicanos acordaron doblar la actual cifra libre de impuestos en las herencias, que pasa de 5,5 a 11 millones de dólares para los ciudadanos solteros y de 11 a 22 millones para los matrimonios.
. Límite para deducir impuestos
El nuevo plan impositivo, sin embargo reduce a 10.000 dólares la deducción anual en impuestos locales y estatales (provinciales), que hasta ahora era ilimitada.
La deducción de 10.000 dólares inicialmente estaba limitada al impuesto a la propiedad, pero con el texto definitivo los republicanos la ampliaron a todos los impuestos, incluido el de la renta.
El cambio llegó después de que los congresistas de los estados con mayor carga impositiva, como Nueva York, California y Connecticut, alertasen de que las rentas más altas en estos territorios podían terminar pagando más.
Otro de los cambios, que se introdujo para contentar al senador Rubio, fue la ampliación de los créditos impositivos por hijo, que pasa de 1.000 a 2.000 dólares por niño o niña. La medida beneficia a las familias con menores ingresos porque amplía de 1.100 a 1.400 dólares las posibles devoluciones derivadas de esta deducción.
Historia y consecuencias
Estas y otras medidas forman parte de una gran reforma impositiva considerada como la más importante del país desde la de Ronald Reagan de 1986. Esta bajada generalizada de impuestos implica un aumento del déficit presupuestario de 1,5 billones de dólares en la próxima década, que Trump considera fundamental para revitalizar la actividad económica y acelerar el crecimiento anual del país por encima del 3%.
Dentro de la reforma fiscal los republicanos han incluido dos medidas de su agenda legislativa. Por un lado deroga la obligación a todos los ciudadanos de tener un seguro médico que figura en la actual ley sanitaria, conocida como «Obamacare» porque fue promovida por el expresidente Barack Obama. Por el otro, autoriza por primera vez las prospecciones de gas y petróleo en el Ártico.
La Casa Blanca recordó que «cuando Trump comenzó su campaña, prometió políticas económicas de crecimiento que proporcionasen un muy necesario alivio fiscal para todos los estadounidenses».
FUENTE: INFOBAE