Gobierno vs. acreedores: las diferencias entre las propuestas «son mínimas»

Un informe de la consultora pxq, dirigida por Emanuel Álvarez Agis, estimó que la reducción de la deuda contemplada en la contrapropuesta de los bonistas alcanza a u$s31.500 millones.


Por Liliana Franco para Ámbito.

Fuentes del mercado se sigue considerando viable un acuerdo, aunque sea parcial, y en este sentido, no se descarta que se extiendan las negociaciones.

Cabe recordar, como anticipó Ámbito, que la última oferta argentina para renegociación de la deuda externa con los acreedores privados y la contrapropuesta presenta por los tres clubes de bonistas, la diferencia en lo referido a lo económico es de unos 3 dólares.

Un trabajo de la consultora pxq, dirigida por el economista Emanuel Álvarez Agis analiza que la reducción de la deuda contemplada en la contrapropuesta de los bonistas alcanza a 31.500 millones de dólares, según pxq, muy cerca de los 33.400 millones de dólares que prevé la cuarta y última oferta argentina.

En términos de valor presente neto, el Gobierno ofrece 53,5 dólares por un valor nominal de 100, mientras que los acreedores piden 57 dólares, conforme al cálculo de pxq.

La quita sobre el capital es igual, y la diferencia en término de cupón es 0,2 puntos porcentuales: mientras que en la propuesta de Argentina el cupón promedio es 3,2% en la de los acreedores es 3,4%.

Otra modificación, menor, es que cambian las fechas de pago del 4 de marzo y 4 de septiembre en la oferta de Argentina, al 30 de enero y 30 de julio en la contrapropuesta de los acreedores.

La diferencia más relevante pasa por el cupón anual del bono que reconoce intereses corridos: en la propuesta argentina es 1% y en la contraoferta de los acreedores es 4,9%. Las amortizaciones de los títulos también son iguales salvo por la diferencia en el bono a 2038 que pasa de amortizar en 26 a 28 cuotas.

Cálculos semejantes efectúa Eco Go. Para la consultora que dirige Marina Dal Poggetto, la diferencia es de 3,2 dólares, con una diferencia en el alivio de la deuda de 3.000 millones de dólares distribuidos a lo largo de diez años.

“La propuesta (de los bonistas) se aproxima tanto a la del gobierno, que lo pone en la delicada posición que tener que negociar para cerrar el deal”, señala un informe de Cohen – Delphos. En este mismo sentido, en el gobierno califican de “caprichosa la actitud de los Fondos ya que se mejoró sustancialmente la oferta”.

“Es tan pequeña la brecha que sería absurdo no sentarse en la mesa de discusión y partir la diferencia”, advierte el referido informe.

“Es un lindo problema para el gobierno, que debería buscar la forma política para moverse de su anterior estrategia e intentar cerrar el acuerdo”, concluye el informe.

Tanto el presidente Alberto Fernández como el ministro de Economía, Martín Guzmán, señalaron que con su última oferta el país ha hecho el mayor esfuerzo posible aunque, en palabras del primer mandatario, “como nosotros, francamente, queremos actuar de buena fe, francamente encontrar una solución, seguiremos discutiendo”.

De todas formas, la información que se maneja en fuentes oficiales es que distintos fondos ya han evaluado favorablemente la oferta argentina y están dispuestos a ingresar en el canje. Tal es el caso de Greylock, que públicamente manifestó su decisión de aceptar la propuesta argentina.

Otros, en cambio, mantienen una actitud belicosa. Admiten en foros internacionales que la desconfianza con el ministro Martín Guzmán y el equipo de la Secretaría de Finanzas, también es un factor que no está ayudando. “Estuvo meses sin mover la primera oferta y casi sin dialogar”, critican expertos en deuda. Agregan que en ningún momento Guzmán dio explicaciones convincentes en cuanto a su plan de gobierno ni demostró la sustentabilidad de los números que presentó en las planillas. “Las proyecciones económicas son muy vagas”, se quejan.

En última instancia, argumentan, la capacidad de repago de la deuda dependerá de que el país pueda crecer y esto no está suficientemente demostrado, comentan en Wall Street.

“A veces, el equipo de Guzmán parece que no conoce a sus interlocutores”, señalan, “no puede ser que el ministro nos eche en cara que nosotros queremos bajar las jubilaciones, cuando ya lo está haciendo el Gobierno argentino”.

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