Contaron que el día del funeral de su hijo tuvieron que ayudar a hacer más profundo el pozo en el cementerio porque el cajón no entraba.
Los padres de Matías Fernández, el niño de 2 años que falleció tras atragantarse con una bombucha y que luego de haber sido enterrado su cadáver fue hallado mutilado y sin sus órganos cerca de Miramar, aseguraron que el día del funeral de su hijo tuvieron que ayudar a hacer más profundo el pozo en el cementerio porque el cajón no entraba y que están destrozados por tener que volver a enterrar el cuerpo.
«Tuvimos que ayudar a hacer más profundo el pozo. Un sobrino mío que fue al entierro agarró una pala para cavar más porque el cajón sobresalía de la tierra», dijo a Télam el padre del niño, Eusebio Fernández (38), durante una entrevista que brindó junto a su esposa Daisi (34), madre de Matías.
«Con el pozo que hicieron en el cementerio, el cajón se notaba que sobresalía de la tierra. Le pedimos a la gente del lugar que cavara más, porque el pozo era corto y poco profundo. Nos dijeron que caváramos nosotros, pero no pensamos nada extraño, la verdad. No imaginamos nada raro», contó la mujer.
Daisi y Eusebio enterraron a su hijo en la mañana del lunes 13 de marzo último en el cementerio de la localidad de Comandante Nicanor Otamendi, a 38 kilómetros de Miramar, tres días después de que el niño falleciera luego de haberse atragantado con una bombucha mientras jugaba en su casa.