El Presidente habló ante sus funcionarios de varios temas. Elogió a la gobernadora Vidal ante el conflicto con los docentes; respaldó el acuerdo con el FMI y la reforma laboral, y criticó la ley contra las tarifas: «Se quiere destrozar un Presupuesto que se votó hace unos meses».
En un fuerte discurso en el Centro Cultural Kirchner de más de veinte minutos, el presidente Mauricio Macri pidió a su equipo de funcionarios «transmitir tranquilidad y convicción«, en el medio del difícil momento económico y social que atraviesa su gobierno.
El mandatario tocó todos los temas que preocupan al oficialismo actualmente, comenzando por la educación y las diversas marchas de los gremios bonaerenses. «Tenemos un cuerpo de docentes enormes. Hay una mayoría que quiere realmente llevar esa tarea tan única y maravillosa que es crear un mejor futuro para nuestros chicos y que tiene ganas de capacitarse. Pero, justo en el Siglo XXI, que es el de la capacitación permanente, estamos chocando con los gremios. Pero no le vamos a aflojar porque está en juego el futuro de nuestros hijos«, aseveró, elogiando a la gobernadora María Eugenia Vidal.
«No queremos una Argentina dividida entre la escuela pública y la privada. Queremos que las oportunidades sean las mismas para todos. Algunos lo dicen y no lo practican: nosotros lo creemos y lo practicamos. Por eso, esta es una batalla que vamos a seguir dando porque es el futuro de los chicos», agregó.
Macri también se refirió nuevamente a la reforma laboral, algo a lo que había hecho mención en la inauguración de la estación Facultad de Derecho de la Línea H de subte, aunque en un tono más severo: «Vamos a discutir la equidad en este Presupuesto (2019). Todo el mundo tiene que trabajar lo mismo, la misma cantidad de horas, de días y años. No puede haber algunos vivos que consiguieron, por ciertos artilugios legales, o no legales, tener una ventaja sobre el otro. ¡Eso va a la mochila del que se levanta a las 6 de la mañana y labura y se esfuerza! ¡Al que no puede faltar porque se lo descuentan: no puede haber algunos que faltan y cobran igual».
El jefe de Estado también criticó la gestión kirchnerista y el proyecto que busca regular los precios en las tarifas, impulsado por la oposición: «Es parte de esta cultura de no hacernos cargo de las cosas. Queremos ir hacia Alaska y arrancamos hacia la Antártida. Con esta ley se quiere destrozar un Presupuesto, que se votó hace unos meses, sin decir de dónde se sacan los recursos mágicos para no aumentar las tarifas. Si hubiéramos tenido una solución mágica para que nadie pague la tarifa, la habríamos aplicado. Aquellos que nos dijeron que eso era gratis, hicieron mal. Nos mintieron, se robaron un cacho de nuestro futuro y por eso no pudimos crecer y nos estancamos».
Macri además volvió a defender el acercamiento al FMI: «Esta ida al Fondo Monetario Internacional, para fortalecer preventivamente el camino del crecimiento, lo que va a hacer es ordenarnos para ver cómo vamos a cumplir los argentinos y terminar con 70 o más años de querernos engañar y echarle la culpa a alguien por lo que nos pasa. El mundo entero dice que lo que estamos haciendo es lo correcto, yo no dudo que estamos en el camino correcto».
Al respecto, volvió a puntualizar en que el Estado «gasta más» de lo que tiene: «Y lo hace a pesar de que los argentinos somos los ciudadanos que más impuestos pagan en el mundo. Y ahí tenemos un problema. Pero pudimos navegar estos dos años porque restablecimos relaciones con el mundo, que nos recibió con los brazos abiertos».
El Presidente se refirió también, entre todos los temas, al manejo del Poder Judicial en los casos de inseguridad: «Logramos que la Justicia vaya entendiendo que tiene que defender a los ciudadanos que trabajan, que cumplen y respetan al vecino de al lado; y no ponerse del lado de los que delinquen y tanto daño nos han hecho».
Por último, Macri cerró su encendido discurso: «No sólo tenemos la mejor carne, el mejor jugador del mundo, la reina y el Papa. Tenemos muchas más cosas. Pero tenemos que decir que no queremos más un papito que nos resuelva las cosas: tenemos que ser mayores de edad y, con convicción, ser protagonistas cada uno de nosotros. No vinimos a acomodar a nuestra mujer, hijos, parientes o amigos: vinimos a crear una sociedad para todos».