A principios de 2018, la baja de este variable fue uno de los primeros síntomas de la caída de Cambiemos. Las diferencias con la actualidad y la ventaja de Alberto Fernández en el corto plazo.
Por Eduardo Paladini para Clarín.
Pese al desafortunado final que tuvo la frase, el «segundo semestre» de Mauricio Macri existió. Ocurrió entre mediados y fines de 2017, cuando el gobierno de Cambiemos transitó sus (únicos) buenos meses económicos y, entre otras cosas, la pobreza bajó a un añorado 25,7%. Pero aquel veranito terminó puntual y abril de 2018 marcaría un quiebre para el rumbo de la gestión. Consultoras y analistas advertían entonces sobre un dato: habían empezado a caer fuerte las expectativas económicas. A su modo, eso terminaría marcando el principio del fin de la era M. Hoy, a medida que avanza el coronavirus, vuelve a aparecer el fantasma. Con fuerza. ¿Hasta dónde debe preocuparse Alberto Fernández?
Cinco estudios de opinión pública difundidos en la última semana abordan el tema con números. Y ayudan a configurar una trilogía de pesimismo económico: estábamos mal, venimos peor y ¿aún no tocamos fondo? Algunas cifras:
– D’Alessio IROL – Berensztein destacan que para el 73% su situación económica está «peor que hace un año».
– Según una encuesta de Ricardo Rouvier, histórico consultor del kirchnerismo, las expectativas económicas positivas cayeron 15,5 puntos en sólo tres meses: pasaron de 43,2% a 27,5%.
– Opina Argentina asegura que el 65% cree que, pese a la recesión, la «inflación aumentará en los próximos meses».
– El 54% de los encuestados por la UADE y Voices! aseguran que el impacto económico de la pandemia será «mayor que en el resto del mundo».
– Cuando Reale Dallatorre Consultores preguntó «¿en cuánto tiempo cree que tardará la Argentina en recuperarse de la situación económica?», el 25,4% eligió «un año», el 16% «dos años» y el 26,1% «más de dos años». Para un 11,4%, «no se recuperará nunca».
Respecto a este último pronóstico, economistas consultados habitualmente por el Banco Central son más pesimistas aún: como adelantó este lunes Clarín, estiman que se necesitarán al menos tres años para recuperarse de las pérdidas de la pandemia. Sólo para 2020, según sus cálculos, el PBI se derrumbaría 9,5%.
¿Cómo impacta esto en el Gobierno? ¿Qué tan importante es recrear las expectativas económicas? ¿Alberto está mejor o peor que Macri cuando empezó a caerse esta variable? Responde Jorge Neyro, de la consultora ACM:
«A principios de 2018, salías de la recesión, había crédito hipotecario, tenías un dólar relativamente barato, venías de una mejora que la gente creía que podía durar. Ahora son todas malas noticias. Pero en un punto la gente cree que la culpa es externa, de la pandemia. Es como si no hubiera culpable y eso puede beneficiar a Alberto en el corto y mediano plazo, y explicar por qué tiene tan buena imagen. Pero sostener eso a largo plazo, si no hay alguna mejora, será difícil. Se produce una fatiga y alguien va a terminar pagando», arranca Neyro.
Y sigue: «No creo que la economía funcione sólo con recrear expectativas. Hay que mostrar una salida y que eso se materialice. Y cuando se habla de expectativas, no es algo homogéneo. Las tenés que recrear en la gente común, para que vuelva a gastar, pero también en el que invierte 5 millones de dólares. El Presidente intenta algo de eso cuando recibe a los grandes empresarios en Olivos».
Un ex ministro macrista también analiza pasado y presente. «En 2008, creo que el gran problema fue con las expectativas que tenía el mundo sobre Argentina. Cuando vieron que no se aprobó un cambio marginal en la movilidad jubilatoria y terminó todo a los piedrazos, empezó a cortarse el crédito. Alguien que tenía un bono a 15 años se pregunta, ¿estos que tiran piedras me lo van a pagar? Miran a la Argentina en general. Ahora, lo más importantes es recrear expectativas con los que van a invertir. Acá no hay presupuesto, no hay programa monetario. ¿Se va a seguir emitiendo? ¿Cuál será el déficit? Las empresas miran esas cosas antes de decidir una inversión».
Para el ex funcionario de Cambiemos, salvo que se agrave la situación sanitaria, lo peor del impacto económico de la pandemia ya habría pasado. «Ahora ya se están reabriendo algunas industrias, comercios. Podés tener un rebote más o menos pronto. Pero los ingresos se resintieron, vas a tener una demanda resentida. Y podés terminar en una crisis por otras variables».
El cambio en las expectativas pre y pos coronavirus puede verse en el día a día de uno de los ministerios más impactados por el Covid: Desarrollo Social. Se suponía que a esta altura de la gestión, tras haber lanzado la tarjeta alimentaria, ya estaría trabajando para reconvertir los planes sociales y dando microcréditos para generar empleo genuino. Hoy administra la emergencia para que la situación social no explote.
«Pasamos de darles de comer a 8 millones de personas a 11 millones. Sobre-ejecutamos el presupuesto, aumentamos de 5.000 millones de pesos a 14.000 millones el gasto. Se sumó el IFE de 10.000 pesos. No hay desborde por esto y por la contención de las organizaciones sociales y la iglesia, entre otras cosas», describe el ministro Daniel Arroyo a Clarín. ¿Lo peor ya pasó?: «Sin dudas la pobreza aumentó. Ahora al menos pudimos avanzar con un plan para potenciar el trabajo en las regiones donde hay menos casos de coronavirus. Pero es imposible hacer pronósticos».