El presidente estadounidense, Donald Trump, escribió que se están haciendo “grandes progresos” e incluso sugirió la posibilidad de un “reinicio total”.
Estados Unidos y China retomaron este domingo las negociaciones bilaterales sobre aranceles, en un intento por descomprimir la tensión comercial que ha impactado a la economía global. Las conversaciones, que se desarrollan en Ginebra, marcan la primera instancia de diálogo cara a cara entre ambas delegaciones tras meses de escaladas arancelarias.
El presidente estadounidense, Donald Trump, afirmó en sus redes sociales que se están logrando “grandes progresos” y sugirió incluso la posibilidad de un “reinicio total” de la relación comercial. Sin embargo, Pekín aún no emitió declaraciones oficiales, y su agencia estatal Xinhua adoptó un tono crítico, asegurando que “China rechazará firmemente cualquier propuesta que comprometa los principios básicos o socave la causa más amplia de la equidad global.”
Las delegaciones se reunieron por segundo día consecutivo, sin brindar comentarios a la prensa. Según funcionarios estadounidenses citados por Associated Press bajo condición de anonimato, las conversaciones se reanudaron el domingo por la mañana, aunque no trascendieron detalles específicos del avance alcanzado.
El contexto es complejo: el mes pasado, Trump elevó los aranceles estadounidenses sobre productos chinos a un 145% combinado, mientras que China respondió con un gravamen del 125% sobre bienes importados desde Estados Unidos. Estas medidas han generado una virtual paralización del comercio bilateral, cuyo volumen en 2023 superó los 660.000 millones de dólares.
En paralelo, Trump manifestó su intención de aumentar el comercio con India y Pakistán, y se refirió a una “semana grande” en materia diplomática, mencionando también su compromiso de seguir trabajando con Rusia y Ucrania para alcanzar una salida al conflicto bélico.
Por su parte, el secretario del Tesoro estadounidense, Scott Bessent, encabezó la delegación de su país en Ginebra. Trump hizo alusión a él en una publicación en la que sugirió que un “arancel del 80% parece correcto”, en tono irónico, sobre los ajustes propuestos.
Especialistas consideran que cualquier avance, incluso una pequeña reducción de aranceles, podría contribuir a restablecer la confianza en los mercados internacionales. “Es una señal positiva que ambas partes hayan podido superar sus diferencias iniciales y sentarse a dialogar”, afirmó Jake Werner, director del Programa de Asia Oriental del Quincy Institute, en un comunicado.
Las tensiones comerciales también están motivadas por cuestiones extracomerciales. Parte de los aranceles impuestos por Washington tienen como objetivo presionar a China para que actúe sobre el tráfico de fentanilo, un opioide sintético vinculado a la crisis de sobredosis en EE.UU.
A pesar del escepticismo general, las expectativas están puestas en que las conversaciones permitan evitar una nueva escalada en la guerra comercial más significativa de los últimos años.