La pareja de la periodista criticó a la defensa del endoscopista por tratar de instalar que tenía enfermedades preexistentes antes de la endoscopia fatal.
En el marco de la primera audiencia correspondiente al inicio del juicio por la muerte de Débora Pérez Volpin, su familia reclamó el esclarecimiento del caso y pidió que el proceso “se dirima como corresponde”. Tanto el endoscopista Diego Bialolenkier y la anestesista Nélida Inés Puente ya declararon en el Palacio de Tribunales y plantearon diferentes posturas.
La pareja de la legisladora porteña, Enrique Sacco, también dio su testimonio ante los jueces y a la salida del edificio negó la versión que intenta instalar Bialolenkier respecto a una posible enfermedad preexistente de la víctima.
Consultado sobre dicha teoría, el periodista deportivo aclaró que “nada lo sorprende” y que le “parece algo muy loco”. “Dije todo sobre ese día, antes y después, lo que recordaba, las comunicaciones que mantuvimos. Ella estaba bien. Sé cuál era su estado de salud, sólo tenía una endoscopia programada por los dolores estomacales. La historia es conocida”, explicó a los medios.
Y ratificó: “Dormí con ella, viví con ella, sabía de sus vicisitudes, sus fuerzas para encarar el día desde muy temprano. Ella siempre se atendió en el mismo lugar. Busquen su historia clínica y lo van a comprobar”.
“Hoy tenemos la fuerza de la verdad que es indestructible, el juicio tarde o temprano va a dar a conocerla y eso es importante para nosotros”, completó Quique en el comienzo de un proceso que se extenderá las dos semanas de feria judicial.
Débora Pérez Volpin murió el 6 de febrero de 2018 en el sanatorio La Trinidad de Palermo mientras le realizaban una endoscopía, estudio que le habían ordenado hacer después de que se presentara en el sanatorio por un dolor abdominal. Por esta causa son juzgados por homicidio culposo los médicos que intervinieron en la práctica.