Es el QS de América Latina. La UBA es la única argentina entre las primeras 10. Los datos son de fines de 2023 y aún no se conoce el impacto de los recortes de este año.
Por Ricardo Braginski para Clarín
Increíble el “timing” de la consultora británica Quacquarelli Symonds (QS), la encargada de confeccionar uno de los rankings universitarios más observados. Justo en medio del conflicto argentino por los recortes a las universidades -con marcha incluida- difundieron los resultados del último ranking sobre universidades, el QS de América Latina.
La UBA quedó en el décimo puesto y, si bien bajó uno con respecto al año pasado, es la única argentina entre las primeras 10. Después aparecen la Universidad Nacional de La Plata (22), la Austral (26) y la Nacional de Córdoba (33).
Al igual que el año pasado, los primeros tres puestos quedaron para la Universidade de São Paulo, la Católica de Chile y Universidade Estadual de Campinas (Unicamp), en ese orden.
La Argentina clasificó a 45 universidades. De ellas, 13 subieron en la clasificación, 15 bajaron, mientras que otras 15 se mantuvieron estables. Dos se clasifican por primera vez: la John F. Kennedy (rango de puestos 301-350) y la Siglo 21 (+ de 401).
Desde la UBA pusieron los datos en contexto. “Los mismos autores del ranking dicen que el resto de las universidades de América Latina invierte mucho en investigación científica y nosotros cada vez menos, medido en dólares”, le dijo una fuente de la UBA a Clarín.
“Con cada devaluación tenés un problema hasta para publicar papers en revistas especializadas (uno de los parámetros que mide QS). En las revistas buenas sale 8.000 dólares publicar, son más de 8 millones de pesos solo por una publicación, y necesitás miles”, agregó.
Desde QS aclaran que el ranking solo considera datos hasta fines de 2023, con lo cual aún no se conoce el impacto que tuvo el fuerte ajuste sobre el sector definido por el Gobierno nacional.
“Los recortes presupuestarios pueden afectar significativamente el desempeño de un sistema universitario en las clasificaciones, aunque estos efectos pueden tardar en hacerse evidentes. Varios indicadores de clasificación están estrechamente vinculados a los recursos financieros de una universidad, especialmente los relacionados con la investigación y la dotación de personal”, le dijo Ben Sowter, vicepresidente de QS a Clarín.
Desde QS también señalan la escasa producción científica que ya había en el país. Salvo excepciones, las universidades argentinas no quedan bien paradas en los parámetros que miden la creación de conocimiento.
“Si bien las restricciones financieras pueden afectar áreas clave como la capacidad de retener personal altamente calificado y los resultados de investigación, las universidades tienen oportunidades de adaptarse. Deberán priorizar estratégicamente los recursos, fomentar la colaboración a nivel local e internacional y aprovechar la tecnología para mejorar las capacidades de enseñanza e investigación”, sugirió Sowter.
Cómo es el ranking
El ranking QS, tanto en su versión global como la latinoamericana, es uno de los cuatro más conocidos a nivel internacional. La clasificación se arma con distintos indicadores: reputación académica (30% de peso), reputación de los empleadores (20%), profesores por estudiante (10%), profesores con doctorados (10%), red internacional de investigación (10%), papers citados (10%), productividad científica (5%) y uso de tecnologías (5%).
La UBA se destaca, y por mucho, en reputación académica, reputación del empleador, uso de tecnología y red internacional de investigación. En el indicador de reputación académica, sólo la UNAM de México obtiene una puntuación más alta. Y en reputación del empleador, sólo la supera la UC de Chile.
Por su parte, la UCA es la mejor argentina ubicada en profesores por estudiante, la Nacional de Mar del Plata en productividad científica, la Di Tella en profesores con doctorados, y la Austral (que es la privada argentina mejor ubicada) en papers citados.
“Las situaciones de recursos escasos que hoy vivimos en la región nos obligan a ser especialmente creativos en la inversión y a apostar más aún a la cooperación público-privada en materia de investigación”, dijo el rector de la Austral Julián Rodríguez, quien señaló que la estrategia de esa universidad “no es cantidad de publicaciones sino calidad de lo que se publica, que se refleja en cómo son utilizadas las investigaciones por otros”.
El ranking QS plantea algunos interrogantes. Por ejemplo, la UBA se había ubicado este mismo año en el puesto 71° a nivel global y primera de Iberoamérica en el ranking QS global. ¿Por qué ahora está décima a nivel regional? ¿Cómo se entiende esta contradicción?
Desde QS le dijeron a Clarín que esto se deba a que para el ranking global y el latinoamericano se toman distintos indicadores y ponderaciones (el peso que tiene cada uno en el ranking). “Hay parámetros como el de reputación académica, del empleador y el porcentaje de profesores por estudiante que se usan tanto en el ranking global como en el Latinoamericano, pero sus ponderaciones son diferentes. Después hay otros indicadores que están en un ranking y en otro no. Por ejemplo, creemos que la cantidad de profesores que tienen doctorado es un indicador importante. Pero en el global no lo ponemos, porque en Gran Bretaña casi el 100% de los profesores tienen doctorado. Pero sí lo incluimos en el ranking de América Latina”, explicaron.
Los datos de la región
Brasil sigue dominando la clasificación, con tres de las cinco universidades mejor clasificadas. Chile se destaca por la cantidad de investigación científica y redes de investigación.
Colombia es la que más universidades tiene en el indicador de reputación del empleador. Tres de sus universidades se encuentran entre las 10 mejores de la región en esta métrica, más que ningún otro país.
Ecuador es el país que más mejoró, entre los que tienen cinco o más instituciones clasificadas. De sus 23 universidades clasificadas, 13 (57%) subieron y dos (9%) bajaron, mientras que siete (31%) siguen estables. Su universidad mejor clasificada, la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), subió siete posiciones hasta llegar al 45.
En México, el Tecnológico de Monterrey es la universidad mejor clasificada. Ocupa el cuarto lugar, gracias a sus investigaciones y su buena reputación como empleador. La UNAM, por su parte, es la universidad latinoamericana más reconocida entre los académicos.