El expresidente llegó este jueves al país luego de más de un mes en Europa.
Por Jaime Rosemberg para La Nación.
Antes de las 8 de la mañana, y cuando el vuelo de Air France recién había aterrizado en el aeropuerto internacional de Ezeiza, varios de sus colaboradores ya habían recibido breves y concisos mensajes a su Whatsapp. «¿Cómo estamos? ¿Novedades?», les escribió Mauricio Macri, en su regreso al país luego de su viaje a Francia y Suiza, y camino a la quinta Los Abrojos, donde pasará junto a su esposa Juliana Awada y su hija Antonia los 14 días de aislamiento después de un mes de ausencia.
Sus colaboradores más cercanos- Fernando de Andreis, Gustavo Gómez Repetto, Darío Nieto, entre otros-lo notaron «contento» por sus actividades en Zurich como flamante presidente de la Fundación FIFA, que incluyeron no sólo proyectos educativos, de salud y de cuidado del medio ambiente sino además un «picado» de fútbol con veteranos en el que convirtió un gol y un encuentro con el titular de la Federación Internacional de Automovilismo, Jean Todt. También lo describieron satisfecho por el impacto político de su encuentro a solas con el presidente Emmanuel Macron, en el que hablaron de la «cuarentena equilibrada» que el mandatario francés puso en marcha en su país.
Al mismo tiempo, Macri se mostró «preocupado» por la situación económica del país derivada de la pandemia de coronavirus, y contento por la actitud de «varias diputadas» durante el extenso y frustrado debate en la Cámara de Diputados, anteayer, que incluyó diputados de JxC sentados en sus bancas sin ser contabilizados por el presidente del cuerpo, Sergio Massa. El expresidente fue especialmente elogioso con la macrista cordobesa Soher El Sukaria, que tuvo un picante cruce con Massa y le exigió «certezas» al titular de la Cámara baja, con quien Macri pasó del «idilio político» en el comienzo de su mandato-compartieron viaje a Davos, en 2016- a la frialdad actual.
«No recibimos un telefonazo. ¡Son ustedes los que reciben los telefonazos y todos la orden, acatando!», le dijo El Sukaria a Massa, luego de que el tigrense insinuara que Macri los había influido para no aceptar un acuerdo en torno a las sesiones virtuales con el oficialismo. Cerca de Macri tomaron esa declaración para reiterar que «Mauricio no tuvo nada que ver, ni tuvo que llamar a nadie. En todo caso, la postura se había acordado el lunes», en el zoom que compartieron los líderes de JxC, previo a la sesión, aseguraron las fuentes.
En lo inmediato, Macri tendrá la «agenda despejada», con la reunión de la cúpula de JxC prevista para el lunes, aunque todos anticipan que antes habrá chats y llamados permanentes de rutina con Patricia Bullrich, que se repone en una clínica porteña luego de su contagio de coronavirus, y con otros dirigentes cercanos, descuentan desde su entorno.
¿Qué Macri volverá a Buenos Aires? ¿El que alienta a los «halcones» para marchar y protestar contra la cuarentena establecida por el Gobierno, o el «estadista» parecido al «(Juan) Perón en el exilio» que reclaman los dialoguistas?. «No lo sabemos, va a depender de él», afirmaron lacónicos desde el sector moderado. Mientras tanto, funcionarios del jefe de gobierno Horacio Rodríguez Larreta aseguran que luego del intercambio mediático con el presidente Alberto Fernández en torno a los términos de su charla privada del 19 de marzo esperan un exmandatario que llame al diálogo. «Quedó bien parado, contestó con altura y sin ataques», dijeron desde Parque Patricios, en relación a Macri, quien desmintió sin estridencias haberle dicho a Fernández que abriera la cuarentena»y que se mueran los que se tengan que morir», según palabras del presidente.
«En ese intercambio mostraron sus diferencias humanas y de estatura política. Fernández va a pagar un costo por haber divulgado una conversación, y encima con mentiras», afirmó un incondicional del ex presidente con menos ánimo conciliador y expectante con los próximos pasos de Macri en el país, lejos de cualquier modo de insinuar su retiro de la actividad política.