El Pontífice se expresó en su primer discurso durante su visita a Irlanda y luego se reunió con ocho víctimas de curas pederastas.
El papa Francisco llevó a cabo su primer discurso en su visita a Irlanda y no eludió el sensible tema de los abusos a menores, a los cuales denominó “crímenes repugnantes”, por los que pidió que se adopten medidas severas para que no se vuelvan a repetir.
«No puedo dejar de reconocer el grave escándalo causado en Irlanda por los abusos a menores por parte de miembros de la Iglesia encargados de protegerlos y educarlos», manifestó al comienzo de su jornada ante las autoridades.
«El fracaso de las autoridades eclesiásticas —obispos, superiores religiosos y sacerdotes— al afrontar adecuadamente estos crímenes repugnantes ha suscitado justamente indignación y permanece como causa de sufrimiento y vergüenza para la comunidad católica», reconoció el Pontífice.
«No escatimo palabras para reconocer la gravedad de la situación y solicitar que fueran tomadas medidas verdaderamente evangélicas, justas y eficaces en respuesta a esta traición de confianza», señaló, mientras que al finalizar la jornada, el papa Francisco se reunió durante una hora y media con ocho personas que fueron víctimas irlandesas de abusos cometidos por religiosos en ese país.