El Papa Francisco difundió una carta por los 30 años de AMIA: «no bajamos los brazos ante la búsqueda de justicia»

El sumo pontífice pidió por la justicia de los 85 muertos en el atentado. Además, calificó el hecho como una «tragedia oscura».

A 30 años de uno de los atentados mas cruentos en la historia argentina, el Papa Francisco emitió una carta donde pidió que la justicia no baje los brazos en la búsqueda de «verdad y reparación». El sumo pontífice calificó al hecho como una «tragedia oscura» y añadió que «la memoria puede ser nuestra guía».

Mientras en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se realiza el acto en conmemoración al atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina, aquel que dejó 85 muertos y mas de 300 heridos, el sumo pontífice difundió una carta donde se unieron a un  «silencio que es tanto duelo como esperanza». En este sentido, el Papa pidió «tener presentes a los 85 hermanos de aquel 18 de julio de 1994».

«Al conmemorar el 30º aniversario del atentado a la AMIA, lo hacemos en un espíritu de recuerdo y reflexión. La memoria de aquellos que murieron en esa tragedia oscura sigue viva en nuestras oraciones y en nuestro compromiso continua con la justicia», comenzó en su escrito.

Asimismo, continuó: «Para rendir homenaje, ante la tragedia elegimos el silencio. La dimensión del silencio, poderosa y reveladora, se presenta ante nosotros no como un vacío, sino como una presencia palpable de aquellos que ya no están. En el silencio escuchamos el eco de las vidas truncadas y sentimos el peso de la ausencia. Pero en el tambien encontramos la fuerza para enfrentar la realidad del mal y la resiliencia para seguir adelante. A veces el silencio puede expresar un dolor indecible ante la desgracia y, en este día, nos unimos en un silencio que es tanto duelo como esperanza.»

«La memoria puede ser nuestra guía. Nos ensena que recordar no es solo mirar hacia atrás, sino también proyectarnos en esperanza hacia un futuro donde actos tan repudiables de violencia no se repitan. La memoria nos impulsa a tener presentes a los 85 hermanos de aquel 18 de julio de 1994.»

Por último, hizo un llamado a la justicia que a 30 años del atentado, no hay culpables claros del hecho, salvo el conductor del coche bomba: «Hoy, juntas, reafirmamos que no bajamos los brazos ante la búsqueda de justicia. Una justicia que no busca venganza, revanchismo, sino verdad y reparación. Una justicia que es esencial no solo para las familias afectadas, sino para la cohesión del tejido social de la nación. El respeto a toda vida humana ya la dignidad que conlleva debe prevalecer sobre el odio y la división. Esta es la base sobre la cual edificamos el bien común, no solo para honrar a los que hemos perdido, sino para proteger a las generaciones futuras.»

Y concluyó: «Invito a todas las personas de fe a todas las personas de buena voluntad a unirse en oración y acción, a trabajar incansablemente por un mundo mas fraterno, donde la justicia y la paz se abracen, ya que sin justicia no habrá paz duradera ni efectiva. Que el Dios de la paz nos bendiga con la esperanza y la audacia para llevar a cabo esta misión. Que el consuelo divino alcance a todas las familias que aun lloran a sus seres queridos y les otorgue fortaleza a todos los sobrevivientes que llevan heridas en sus cuerpos y en sus almas.»

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