El Gobierno respira aliviado, pero hay que atender las “condicionalidades” del trato

La ayuda del Tesoro norteamericano consiste en dos cuestiones: el “swap” de U$S 20.000 para fortalecer las reservas y garantías bancarias para poder emitir nueva deuda.


El “Plan Bessent” comenzó a instrumentarse ayer en la Argentina. Hubo una medida inédita: EE.UU. hizo una operación cambiaria y fortaleció las flacas reservas comprando pesos en el mercado. La intervención provocó una euforia. Así, el Tesoro de los EE.UU. buscó fortalecer la alicaída credibilidad económica que tiene Javier Milei y el equipo de los “Totoboys”.

El “salvataje” es el segundo aval que recibe este año el ministro Caputo. El primero fue en abril, cuando había comenzado una corrida cambiaria. El dinero lo puso el FMI de Kristalina Georgieva.

El segundo llega ahora, cuando el “Toto” no tenía ya munición ni credibilidad para enfrentar al mercado. Pero ahora hay una diferencia: no es Caputo el que enfrenta al mercado sino Bessent. Con dólares y total credibilidad.

También – y por último – intenta fortalecer al equipo económico, debilitado por las dudas y creencias del mercado.

Bessent ratificó ayer la política financiera y bendijo el vapuleado sistema de bandas. Más adelante, después de las elecciones, el Tesoro de EE.UU. sugeriría una reformulación de la política monetaria y cambiaria del Gobierno.

Esos cambios se negociaron esta semana y en las conversaciones estuvieron involucrados los funcionarios del Tesoro y los técnicos del FMI.

La estrategia monetaria-cambiaria futura buscará revertir el problema central del BCRA: que no acumula dólares y debilita a la economía. También, esta intervención inédita es para evitar que se dilapiden reservas para sostener el precio del billete.

Así, el plan intentará corregir equivocaciones que advirtieron varios economistas y que provocaron la ira de Milei y Caputo. Ambos acusaron a sus colegas de “mandriles”, “econo-chantas” y “desestabilizadores”.

Antes de abordar el avión rumbo a Baires, “ Toto” ordenó las decisiones de ayer en el mercado cambiario. El Tesoro argentino hizo saltar en la apertura un 2,5% el valor del dólar, porque ya literalmente se esfumaron los billetes del campo para intervenir.

Scott Bessent, que tomó el control de las decisiones económicas, hizo lo suyo. Intervino en el mercado de pesos argentinos a través del Banco Santander. La operación implicó una cosa: meter dólares de EE.UU. a una Tesorería argentina exhausta y sin reservas.

Bessent aclaró que EE.UU. ayuda a la Argentina porque es aliado estratégico.

Se trata de una señal directa a America Latina, donde hay un clima hostil hacia Trump. Solo habrá ayuda a quienes adhieran en forma absoluta a Washington.

Trump, Bessent y la fluida Kristalina ya lo hicieron público: el salvataje busca ayudar a Milei para que gane la elección. La intención, también, es asegurar el pago a los bonistas de Wall Street. La ayuda será generosa y consiste de dos cuestiones:

El “swap” de U$S 20.000 millones para fortalecer las reservas. Ese dinero se usará solo con “autorización” expresa de Washington y a cambio de que Argentina cumpla con las condicionalidades establecidas en el convenioUna de ellas sería enfriar la relación comercial con China y, quizá, la militar por la base que Beijing opera en la Patagonia. El dinero surgiría utilizando los DEG que acumula EE.UU. en el FMI. Así, el Tesoro de EE.UU. no usaría “plata fresca”.

-También podría haber garantías bancarias para permitir emitir nueva deuda. A través de esa operación se buscaría bajar el riesgo país y después buscar el dinero para abonar los vencimientos de enero y junio por la friolera de U$S 8.000 millones.

En este caso, las garantías que se buscaron son del Banco Interamericano. Hubo una intensa negociación. El esquema cumple una doble función: sería una potente ayuda de EE.UU. pero a la vez se cumpliría un compromiso interno de Bessent: “no vamos a poner dinero en Argentina”.

La interna arde en Washington. Muchos critican en la Casa Blanca el salvataje unilateral. Primero fueron los “farmers”. Después, los senadores demócratas y varios referentes republicanos: nunca aceptaron ayudar directamente a un país. Esto lo sostienen desde la época de Fernando De la Rua.

Encima, ayer Paul Krugman mandó un estilete contra la Casa Blanca: “Están salvando a los amigos de Bessent, no a la Argentina”. Y mencionó a Rob Citrone, un amigo del jefe del Tesoro que invirtió en títulos argentinos.

El jefe de la negociación fue Michel Kaplan, temporariamente el numero 2 del Tesoro. Kaplan conoce mucho a la Argentina. Estuvo en varios salvatajes y además está casado con una argentina. Su mujer trabaja en el Banco Mundial. A fin del 2022, la pareja tuvo una cena secreta en su lujoso domicilio en las afueras de Washington. Sus invitados fueron Guido Sandleris y el Toto CaputoAmbos fueron con los tapones de punta contra el gobierno de Alberto. El dúo argentino pidió que el Tesoro no apoyara ningún salvataje del FMI a la Argentina porque le daban ayuda al peronismo e iba a ser como “tirar la plata”.

La cuestión provocó un incidente diplomático y generó que Kaplan explicara por escrito la situación a la propia Georgieva. En ese momento, Kristalina apoyaba a Alberto. Después de las elecciones, Milei se comprometió a buscar gobernabilidad para este “plan Bessent”. Javo tomo el pedido muy en serio.

Ese fue el motivo central de la reconciliación con Mauricio Macri. El ex – presidente fue muy duro en el primer encuentro. Dicen que en el segundo habló de áreas que no funcionan y sugirió nombres y cambios concretos. Macri propuso a Dietrich para ocupar un estratégico ministerio de Transporte y Obras Públicas. También fustigó al ARCA y a la Aduana. En esas reuniones comentó que armó “un equipo económico paralelo” para auditar la gestión oficial.

Se sabe que habló frontalmente sobre Santiago Caputo. El Peaky Blinders recibe tiros de todos lados. Ayer fue Guillermo Francos que le tiro un Exocet“Hay gente que toma decisiones, pero no tiene responsabilidad”. El Jefe de Gabinete devolvió gentilezas: molesto porque, otra vez, el Pibe interfirió en negociaciones secretas con gobernadores.

La interna furiosa no se frena en el Gobierno. El affaire de Espert reflotó los pases de factura y erosionó la campaña electoral libertaria que aún no pudo arrancar.

La situación fue un desgaste político directo para Milei: fue él quien impuso al “Profe” en la nómina y fue quien con su dedazo coloco a Karen Reinhardt. Ahora, tratan de esconder a la ex – Brigada Cola. Milei es entusiasta. En privado sostiene que la LLA va a ganar en octubre.

Sus íntimos – Karina y Santiago – intentan poner mesura . Pero ambos coinciden en una cuestión y ya la ventilan en privado: “Javier no nos da bola, no nos escucha”.

Su histrionismo explotó en el Movistar Arena. Dicen que intentó seducir a su voto duro. Pero la transmisión fue vista por mucha gente de adentro y de afuera. Los “ñoños republicanos” estaban azorados. Por eso, la “mesa política” pidió mesura y, frustrados, vieron el recital con caras adustas .

El unico ministro que festejó las ocurrencias fue Federico Sturzenegger. Estuvo en los ensayos y disfruto el recital. Fue la comidilla entre los ministros: dicen que el “Coloso” hace méritos para escalar en un futuro gabinete.

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