La titular del organismo recaudador amenazó con renunciar. No quería firmar el nombramiento de Andrés Vázquez al frente de la DGI.
Por Marcelo Bonelli para Clarín
Mauricio Macri estaba distendido. La comida, deliciosa, y el vino, fantástico. Estaba en su salsa, con diez capos de empresas. Fue directo: “Milei comete errores. El principal, desentenderse de los temas y delegar todo en Santiago”. Fue en la cava de Sarasanegro. Gastón Remy coordinaba la mesa. Habían dejado sus celulares y tomaron el compromiso de evitar filtraciones. Las preguntas fueron directas: sondear la fortaleza del acuerdo de gobernabilidad.
Una obsesión empresaria: “Mauricio, ¿vas a acompañar siempre al Gobierno?”.
Macri contestó: “Aún no hay acuerdo político. Se evaluará, una por una, cada medida”. El ex presidente autovaloró su responsabilidad para evitar que se complique Milei. Insistió: “Planteo cosas como la Hidrovía para que no se caiga el empleo”. El Puerto de Buenos Aires está caro y estalla. Pero los comensales insistieron y dio precisiones de las negociaciones secretas.
A su lado estaba Cristian Ritondo. Se conoce que el PRO -vía Ritondo- le propuso una serie de nombres para mejorar áreas claves. Pero Macri advirtió: “Ahora, para casarse, antes hay que tener relaciones íntimas”.
Este año los pocos triunfos legislativos de Milei fueron por aval de Macri. Ahora la relación atraviesa un momento provechoso. Alejandro Mc Farlane fue decisivo para que elijan a María Tettamanti en Energía.
Pero es cierto que la economista estaba en una nómina -la elaboró Emilio Apud- que Ritondo le entregó a Caputo. Al “Pibe” le cerraba por todos lados. El cambio abrió antojadizas versiones: hasta circuló una eventual salida en YPF de Horacio Marín, que el miércoles compartió en Neuquén una cena con petroleros y se minimizaron las versiones. Está abocado a solucionar la salida de Petronas: “Yo trabajo”.
El PRO quiere otra prueba de amor: que Luciano Laspina ocupe la presidencia del Nación.
También Ritondo espera otros gestos de Caputo. Algo importante y delicado: que Rodolfo Barra desande lo que, antes de irse, Carlos Zannini le hizo a Mauricio en la causa del Correo. Mauricio acusa: “Fue una persecución kichnerista”. Javo se habría comprometido a solucionar el problema.
A cambio, esta semana Macri mantuvo un diálogo con Rodrigo De Loredo sobre el acompañamiento a Milei.
Javo está irritado y tira trompadas al aire. Tiene una singular estadística personal: dice que el 85% de los periodistas miente. La fobia se asemeja a la que tiene Cristina. Son polos que se autoalimentan: la expresidenta enviaba a escupir fotos de periodistas.
Sandra Pettovello acusa de todo -lo que hace y no hace- “al Pibe”. Esta semana hubo una disputa entre Diana Mondino y Luis Petri por un comunicado sobre Malvinas. Victoria Villarruel compite con Milei y se odian con Karina.
La pelea se trasladó a la AFIP. El miércoles a la noche, Florencia Misrahi amenazó con pegar un portazo y renunciar. No quería firmar el nombramiento del polémico Andrés Vázquez al frente de la DGI. También estaba furiosa por la campaña oficial contra sus honorarios y el sablazo que le aplican. Cobraba 30 millones. Su antecesor Carlos Castagneto había puesto un tope en las remuneraciones que ella eliminó. Misrahi cometió errores y pagó la inexperiencia. La recaudación se desplomó.
Pero tiene banca: un sólido vínculo personal con Toto Caputo, entre otras cosas, por compartir el equipo de tenis con la mujer del ministro.
Florencia habló con Caputo, que intentó tranquilizarla. Busca una fórmula administrativa para que Misrahi no tenga que avalar con su firma a Vázquez y José Vélis. Este jueves, envió un mail interno diciendo que seguía. Vázquez tienen malos antecedentes. Pero el apoyo es incondicional del “Pibe”. Así, “Peaky Blinders” se asegura tener abierta la información de la SIDE y la DGI.
Se trata de un tema sensible. Vázquez estaría vinculado a los “servicios” y en algún momento respondió a Jaime Stiuso. Pero su lealtad a Cristina lo llevó a pelearse con el espía. Después se alineó con Oscar Parrilli y operó para Ricardo Etchegaray, ambos figuras nefastas que se dedicaron a perseguir empresarios, políticos y periodistas.
Vázquez también tiene un antecedente insólito para un jefe de la DGI: ocultaba en negro medio millón de dólares en una cuenta del BNP. Vélis también está complicado con su historial. Toto intenta solucionar tamaña crisis. Ahora será el único responsable de la paralización de ARCA. Caputo festejó, ayer, una noticia: el GAFI hizo zafar a la Argentina. Se insiste que fue clave un pedido político del FMI. Integrar esa nomina “gris” complicaba la relación bilateral y la colocación de deuda de los grupos argentinos.
En Economía dicen que Gita Gopinath le anticipó la noticia a Caputo. Los mercados reaccionaron bien. Esta ayuda política del FMI hasta ahora no involucró fondos frescos. En eso, Caputo está aun en deuda con Milei. Antes de que Javo asuma, el ministro le aseguró que tenía todo arreglado con el FMI para un crédito de US$ 15.000 millones. Incluso –para eso– viajó en secreto a Washington con Nicolás Posse. Caputo siempre mantiene latente la versión de la negociación.
Washington no abrió nunca la mano. Ahora, el clima con el staff sigue complicado por la desautorización de Rodrigo Valdés. Los burócratas – aunque parezca que no tienen corazón- demostraron espíritu de cuerpo. Para aceitar las cosas, Caputo contragolpeó: ubicó a Jose Daza a cargo de la negociación. Conoce a todos.
El problema es que Luis Cubbedu –con mejores formas– exige lo mismo que Valdés: devaluación y eliminación total del cepo. Además, creen que el Presupuesto es un “dibujo”. No creen en la pauta de inflación y de recaudación.
En esta misión, Caputo cerró ayer con Kristalina un pacto político secreto: ambos no moverán un dedo hasta que se confirme quién será el próximo jefe de la Casa Blanca. Milei está al tanto de las conversaciones y por eso invoca al cielo: apuesta todo a Donald Trump.