La fiscal Verónica Zamboni realizará el pedido ante el juez David Mancinelli una vez concluido el informe del caso. En caso de ser aceptado por el magistrado el juicio podría comenzar el año que viene.
A más de siete meses de ocurrido el crimen de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell, la fiscal Verónica Zamboni continúa avanzando con pericias claves para determinar qué pasó exactamente a la salida del boliche bailable LeBrique, cuando un grupo de 10 rugbiers atacó a golpes y terminó con la vida del joven, y octubre podría convertirse en el mes clave para la conclusión del informe y el pedido de elevación a juicio de los acusados.
En base a lo informado por Infobae, el juez de Garantías del caso, David Mancinelli, recibirá el pedido para entonces decidir si habilita el juicio, el cual podría desarrollarse el año próximo.
La calificación en su contra, homicidio premeditado con la participación de dos o más personas agravado por la alevosía, puede llevarlos a una condena con la máxima pena que prevé la ley: prisión perpetua.
La investigación se centró en la recopilación de filmaciones de celulares y cámaras de seguridad, además de extensas ruedas de reconocimiento y toma de múltiples testimonios. Además, Zamboni avanzó en el expediente con una pericia clave, a cargo del Laboratorio Scopométrico de la Policía Federal: el análisis a la zapatilla de lona manchada con la sangre de Fernando que se encontró en la casa que alquilaban los acusados en Villa Gesell y que finalmente fue atribuida a Máximo Thomsen.
Si bien este último elemento probatorio es el más importante por la forma en que murió Báez para determinar quién fue el principal responsable del asesinato, varios fueron los análisis realizados en los últimos meses. En junio, por ejemplo, se peritó la ropa de la víctima y las muestras de sangre tomadas de sus uñas, las cuales apuntaron a Matías Benicelli (20) y Blas Cinalli (19) como partícipes necesarios en el crimen.
«Es un indicio más de la responsabilidad de estas personas. Es indubitable. No depende de la interpretación de nadie. No es un testigo que está diciendo cómo sucedieron los hechos. Marca la presencia de estas personas en un rol activo en el hecho porque tienen la sangre de la víctima”, había explicado en su momento el abogado de la familia, Fabián Améndola.
En ese entonces a una camisa de Benicelli se le había encontrado sangre de Fernando mezclada con la del propietario de la prenda, mientras que un hisopado a la uña del dedo meñique de la mano izquierda de la víctima reveló rastros genéticos del mencionado Cinalli.
En tanto, los ocho acusados que están bajo prisión preventiva en Melchor Romero se acomodan a su nueva vida, aislados del resto de la población carcelaria. Además de Thomsen (20), Benicelli y Cinalli se trata de Ciro Pertossi (20), Luciano Pertossi (18), Lucas Pertossi (21), Enzo Comelli (20) y Ayrton Viollaz (21), quienes comparten un único celular permitido por las autoridades para comunicarse con sus familias.