Es la ley que plantea la reducción de comisiones que cobran las tarjetas de crédito y débito a los comercios por cada compra.
El proyecto fue impulsado por los diputados Eduardo Amadeo y Daniel Lipoveztky (Unión PRO) y plantea reducir del 3 al 2 por ciento el arancel que cobran las tarjetas de crédito a las transacciones, y del 1.5 al 1 por ciento por las operaciones realizadas con tarjeta de débito.
El oficialismo aceptó introducir un criterio de gradualidad para amortiguar el impacto sobre las empresas medianas que facturan más de 55 millones de pesos al año, de manera tal que en 2017 el arancel que cobran las tarjetas de crédito a estos comercios sea del 2,6 por ciento, pasando al 2,3 en 2018 y finalmente 2 por ciento en 2019.
En cambio, a las pequeñas empresas que facturan menos de 55 millones de pesos anualmente se les cobrará directamente a partir de la reglamentación de la ley la comisión del 2 por ciento.