Con esta medida el Gobierno de Vidal busca mejorar el problema de superpoblación carcelaria. Una vez expulsados del país, los condenados extranjeros, ya no podrán regresar legalmente a la Argentina.
Con la intención de mejorar los recursos y aliviar el conflicto de superpoblación carcelaria, el gobierno de María Eugenia Vidal quiere enviar a sus países a los presos extranjeros que tengan cumplida la mitad de la pena en Argentina. Ya fueron remitidos a sus naciones 23 reclusos y hay 300 que tienen sus casos en trámite.
Actualmente hay 42.000 detenidos cuando la capacidad es de 28.000 contando las 56 cárceles y alcaidías bonaerenses disponibles. De esta manera la superpoblación alcanza un 50%. Estos números llevaron a la gobernadora de Buenos Aires a tomar la decisión, según informaron fuentes del Gobierno.
Una vez expulsados del país, los condenados extranjeros, ya no podrán regresar legalmente a la Argentina.
Según consigna diario La Nación, la población carcelaria extrajera está compuesta de la siguiente manera: Paraguay (51,35%), Perú (17,66%), Uruguay (9,14%), Bolivia (8,87%), Chile (5,21%), Colombia (3,53%), República Dominicana (1,9%), Brasil (1,02%), Ecuador (0,40%), China (0,31%), Italia (0,31%), España (0,18%), Ucrania (0,18%), Venezuela (0,18%), Armenia (0,9%), Estados Unidos (0,9%), Corea del Sur (0,4%), Cuba (0,4%), Francia (0,9%), Israel (0,9%), México (0,4%) y Rusia (0,4%).