Declaraciones de testigo e imágenes de las cámaras de seguridad, fueron las claves para la detención.
El esposo y el cuñado de la enfermera Marcela Coronel, asesinada el pasado 28 de mayo en la localidad bonaerense de Longchamps, fueron detenidos en las últimas horas por personal de la Policía provincial.
Fuentes policiales informaron que se trata de Gabriel Guevara, esposo de la víctima quien ya había sido imputado en esta causa, y de su hermano Pablo Daniel Guevara quienes fueron apresados por efectivos de la comisaría de Burzaco en sus respectivos domicilios.
Tras las tareas investigativas, declaraciones de testigos, y las imágenes de las cámaras de seguridad se pudo determinar que Pablo Daniel, hermano del esposo de la víctima, fue quien abandonó a la pequeña hija del matrimonio en las inmediaciones de las calles Buenos Aires y Humberto Primo de la localidad de Burzaco.
El hecho comenzó cuando se halló a una nena de 1 año y medio deambulando sola por la calle, y al no ser conocida por los vecinos del barrio se la trasladó a la comisaría de la familia de Almirante Brown. Poco después, el padre de la niña se presentó en la seccional y dijo que hacía cuatro años estaba en pareja con Coronel, enfermera del Hospital Italiano del barrio porteño de Almagro.
Además, agregó que ella trabajaba allí en el turno tarde y que esa mañana, cuando él se había retirado, su hija había quedado al cuidado de su pareja. Luego indicó que se enteró por las redes sociales de que su hija había sido encontrada en la calle, por lo que se comunicó con su hermana, momento en el cual ésta le manifestó que Marcela le había enviado un mensaje diciéndole que no fuera a cuidar a la niña ese día, como lo hacía habitualmente, porque ambas irían a la casa de su madre.
Debido a que el relato de Guevara no resultó creíble para los investigadores, la fiscal interviniente ordenó una inspección en la casa de la pareja ubicada en la calle Roberto Arlt al 3500 de Longchamps, donde en el interior de un galpón se encontró el cuerpo sin vida de la enfermera envuelto en una frazada.
De inmediato, se ordenó la presencia de peritos en el lugar, donde se incautó una notebook, ropa de la niña y, en el sector del baño, se halló un balde que contenía un short de fútbol con manchas de sangre que Guevara reconoció como suyas.
Además, tras la realización de la autopsia, se constató que la víctima había recibido un fuerte golpe en la cabeza efectuado con un hacha pequeña, tras lo cual el acusado reconoció poseer esa herramienta.
Posteriormente, los vecinos denunciaron que a 100 metros de la vivienda en cuestión se encontró una bolsa que contenía ropa de hombre con manchas hemáticas pertenecientes a Guevara, según se pudo comprobar luego de las pericias pertinentes.
Fuente: NA