Son 60 los dispositivos que habían sido autorizados en un principio para ingresar al país. Desde el Ministerio de Justicia y Seguridad porteño consideran que son «una herramienta fundamental para la seguridad».
La polémica desarrollada en torno a la autorización o no de las pistolas Taser continúa estirándose en el tiempo y es por eso que desde la Ciudad de Buenos Aires insisten en que se destrabe la utilización de las mismas para «dotar a la Policía de un armamento que le permita cuidar a los transeúntes».
Con el ministro de Seguridad y Justicia porteño Marcelo D’Alessandro a la cabeza, Ciudad le envió a la Justicia y a través de un «amparo por mora» el pedido para liberar la importación de 60 pistolas modelo X2.
Estas habían sido autorizadas en primera instancia por un funcionario de la ANMAC (Agencia Nacional de Materiales Controlados) aunque luego retrocedió con esta determinación.
En el marco de esto fue que D´Alessandro, a través de un comunicado, le lanzó dardos a las autoridades nacionales: «El problema del Gobierno Nacional es ideológico, y que llegaron a comparar las Taser con las picanas de la dictadura».
«Demonizaron el uso de estas armas y trabaron una herramienta fundamental para la seguridad de los 3 millones de porteños y las casi 4 millones de personas que diariamente ingresan a la Ciudad», profundizó.
El argumento que presenta Ciudad para que finalmente se libere la importación y posterior uso de las pistolas Taser radica en que «son ideales para actuar en espacios reducidos con abundancia de público. Cuando son disparadas, unos dardos guiados por un cable envían 400 volts durante cinco segundos».
Luego, el ministro agregó: «El objetivo es dotar a la Policía de la Ciudad de un armamento que le permita a sus efectivos protegerse y cuidar a los transeúntes y a los actores pasivos del hecho sin poner en riesgo la vida del atacante».