El constructor santacruceño Lázaro Báez declaró hoy ante el juez en lo penal económico Ezequiel Berón de Estrada por no haber pagado los aportes previsionales de sus empleados por 33 millones de pesos.
El empresario detenido desde abril en el penal de Ezeiza por una causa de lavado de dinero, se victimizó y denunció una persecución en su contra. “Ese personaje era yo, Señor Juez. Y había que destruirme e inventarme causas, aún a costa de faltar a la verdad y cometer delitos mas graves que los que se me pretenden imputar ya que estamos hablando de funcionarios del Estado”, señaló.
En un escrito de cinco páginas, Báez apuntó a retrasos del Estado en el pago de obras realizadas para justificar la no colocación de los aportes previsionales de sus empleados entre 2010 y 2016. En este punto, el empresario insistió con poder entrar a la moratoria de AFIP y sostuvo que la denuncia realizada por el ente tributario se realizó por “portación de nombre”.
“Solicité se practique un peritaje informático a fin de demostrar quienes tenían las supuestas llaves de acceso a los sistemas contables de las firmas y con qué alcances”, argumentó, en consonancia con sus dichos sobre su falta de influencia sobre los aspectos contables de la decena de empresas que maneja.
Otra de las justificaciones de Báez sobre los aportes impagos fue el congelamiento de sus cuentas dictados por el juez federal Sebastián Casanello en la causa que investiga el presunto lavado de dinero en la obra pública.
(Fuente: Será Justicia).