El cuerpo de Daniel, de 24 años, fue encontrado en un descampado. Lo decapitaron y le cortaron los genitales.
En medio de las elecciones en Brasil y las semifinales de la Copa Libertadores, el mundo del fútbol del país vecino volvió a vivir horas intensas con el hallazgo del cuerpo de Daniel Correa Freitas, un futbolista del San Pablo, que fue encontrado en un descampado y con signos de haber sido torturado.
Daniel tenía 24 años y estaba a préstamo en el Sao Bento, un club de la Segunda División y ubicado en el estado de Paraná, en el sur de Brasil.
El cadáver del joven había sido descuartizado: estaba decapitado y le faltaban los genitales.
«Desde la aparición del cuerpo, fue una situación muy violenta. El hombre tenía dos cortes profundos en el cuello, su cabeza estaba decapitada y sus genitales estaban cortados», señaló uno de los primeros policías en hablar con los medios locales.
Según las primeras pericias, las heridas fueron provocadas por un arma blanca, pero todavía no se confirmó si los genitales fueron cortados antes o después de su muerte.
Daniel habría asistido a una fiesta el viernes por la noche y luego no se tuvieron más noticias suyas hasta que el cuerpo fue encontrado en la tarde del sábado.
