La Casa Rosada triangula datos aportados por ministerios, telefónicas, gobernadores, intendentes y la AFI para informar a Alberto Fernández.
Por Jaime Rosemberg para La Nación.
En el octavo piso del Ministerio de Salud, los funcionarios al mando repasan la situación sanitaria y la aparición de nuevos casos de coronavirus en las enormes pantallas de la sala de situación. A unas cuadras de allí, en el Ministerio de Transporte llegan los datos de los usuarios del transporte público. En la planta baja de la Casa Rosada, los funcionarios que responden al ministro del Interior, Eduardo de Pedro, revisan, en contacto con los gobiernos porteño y bonaerense, la circulación de particulares en base a un sistema de monitoreo aportado por una empresa de telefonía. Toda la información llega, por etapas, al jefe de gabinete, Santiago Cafiero, quien al caer la tarde se la llevará al presidente Alberto Fernández , en la quinta presidencial de Olivos.
El gobierno de Alberto Fernández sigue de este modo las alternativas del combate al coronavirus en el primer día de la nueva prórroga de la cuarentena, que pasó a la fase 4, de «reapertura progresiva», salvo en los dos distritos más problemáticos: la ciudad y la provincia de Buenos Aires, que en conjunto permitirán la circulación de alrededor de medio millón de personas más, entre comercios e industrias autorizadas.
El Presidente, aclaran cerca suyo, no suele esperar los informes. «Llama, escribe, pide. Está en contacto todo el tiempo», destacan desde un despacho cercano al de Fernández en Balcarce 50. De todos modos, el sistema de recolección de datos tiene como terminal formal la oficina -o el celular- del jefe de gabinete, al cual reportan vía WhatsApp ministros como Mario Meoni (Transporte) y Ginés González García (Salud).
Todo en el Gobierno, y más en tiempos de coronavirus, se hace de manera remota, salvo en un caso: el de la interventora de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Cristina Caamaño , quien todas las mañanas hace llegar a Cafiero su informe escrito en un sobre cerrado, que solo abre el jefe de gabinete.
En Transporte se recopilan, uno a uno, los datos registrados en las tarjeta Sube que se utilizan en el sistema público. A ellos se suman las autopistas que reportan pases de autos. «No hubo gran afluencia en el transporte público a primera hora, los trenes no colapsaron y en colectivos no reportan un gran aumento de gente. Sí se ve una mayor circulación de autos», afirmaron cerca de Meoni a primera hora de la tarde.
En el Ministerio de Salud, es la viceministra Carla Vizzoti quien supervisa la sala de situación, aunque el encargado es su subsecretario, Alejandro Costa . «El informe diario de casos le llega al Presidente al mismo tiempo que a los medios. Nadie esconde nada», aseguran desde ese ministerio. Los infectólogos que asesoran al Presidente, como Pedro Cahn , suelen pasar por allí para cotejar datos y analizar planes de acción de acuerdo a los datos que van recibiendo.
De Pedro y Cafiero se contactaron hoy, como es habitual, con gobernadores de las 23 provincias y la ciudad de Buenos Aires para seguir de cerca la reacción social ante las nuevas medidas. Mientras el ministro del Interior recorría un hospital modular junto al intendente de Hurlngham, Juan Zabaleta , el jefe de gabinete combinaba la agenda sanitaria con la económica: la ministra de Habitat y Vivenda, María Eugenia Bielsa ; la vicejefa de gabinete, Cecilia Todesca , y las titulares de PAMI y Anses, Luana Volnovich y Fernanda Raverta , respectivamente, pasaron por su despacho. Funcionarios del gobierno porteño analizaron con él la reapertura de comercios en la ciudad que comenzará a implementarse mañana y que tendrá su segunda etapa el jueves.
Para el final de la tarde, y con los datos que también aporta la ministra de Seguridad, Sabrina Frederic , en relación a los controles de tránsito y eventuales sanciones a infractores, Cafiero llegará a Olivos para el «ida y vuelta institucional» con el Presidente.