Desde el organismo sospechan que las compañías que reconocieron pagar sobornos usaron facturas apócrifas o abonaron por servicios inexistentes para justificar gastos.
La AFIP y las autoridades judiciales avanzan en forma conjunta en la investigación sobre las empresas de la construcción que aparecen involucradas en la causa de los cuadernos de la corrupción.
Por orden del juez Claudio Bonadio, el organismo tributario se dedica al rastreo del origen del dinero que usaron los empresarios que admitieron que pagaron sobornos al gobierno kirchnerista para ganar licitaciones de obras públicas.
En ese marco, la AFIP ya tenía desde hacía tiempo la mira puesta en dicho rubro donde ya ha detectado y denunciado casos de «facturación apócrifa» para la evasión de IVA y del impuesto a las ganancias.
De todas maneras, la revelación del escándalo sobre el pago de coimas durante la gestión K, confesada por los propios empresarios arrepentidos, motivó una alianza táctica entre el titular de la AFIP, Leandro Cuccioli , y el juez Bonadio para reconstruir el circuito del dinero.
Hace unos días, el magistrado remitió al organismo tributario un largo oficio con nombres de personas jurídicas y físicas sospechadas en la causa. Oficio en mano, la AFIP comenzó a realizar los cruces de información para verificar si, tal como sospecha, estas empresas utilizaron facturas apócrifas para poder pagar las coimas con dinero en negro. Una modalidad que, por caso, se utilizó en el caso que involucró a la empresa Skanska, y que implicaría la existencia de pagos hacia otras sociedades fantasma por bienes y servicios inexistentes.