Gabriel Romanelli fue trasladado a un centro médico con heridas de diversa consideración, aunque su estado sería estable, según fuentes religiosas.
En medio de los intensos bombardeos que atraviesa la Franja de Gaza, la única iglesia católica del enclave, la Iglesia de la Sagrada Familia, fue alcanzada por un ataque aéreo que dejó herido al párroco argentino Gabriel Romanelli. El ataque se produjo en el contexto de los enfrentamientos entre las fuerzas israelíes y grupos militantes palestinos, aunque aún no se han esclarecido los detalles específicos sobre el origen del proyectil que impactó el templo.
La Iglesia de la Sagrada Familia es el último bastión del cristianismo católico en Gaza, donde los fieles representan una pequeña minoría en una zona predominantemente musulmana.
Gabriel Romanelli, nacido en Argentina y miembro del Instituto del Verbo Encarnado, ha servido como párroco en Gaza durante más de una década. Es conocido por su trabajo humanitario y por haber permanecido en el territorio incluso en los momentos más críticos de los conflictos. Fue trasladado a un centro médico con heridas de diversa consideración, aunque su estado sería estable, según fuentes religiosas.
Diversas organizaciones eclesiásticas han condenado el ataque, calificándolo como “un atentado contra la libertad religiosa y la dignidad humana”. Desde Argentina, voces del ámbito político y religioso expresaron preocupación por el estado de salud de Romanelli y solicitaron gestiones diplomáticas urgentes para su protección.
El incidente se inscribe en una escalada de violencia que ha dejado cientos de víctimas civiles en Gaza, donde los hospitales operan al límite y las infraestructuras básicas están cada vez más comprometidas. La presencia de un sacerdote argentino en la zona resalta la dimensión internacional del conflicto y abre interrogantes sobre la protección de los lugares de culto en medio de la guerra.
