El xeneize consiguió el ansiado título luego de la victoria de San Lorenzo sobre Banfield, quien era su único perseguidor.
Y un día se consagró campeón. En un campeonato interminable castigado por la falta de organización, la irregularidad de los equipos y la renuncia de 27 entrenadores, Boca demostró que fue el mejor. Puntero durante más de 15 fechas, alejó las dudas que lo perseguían tras el último tsunami de River, que parecía arrebatarle el título y finalmente se cayó.
San Lorenzo venció ayer 1-0 al Banfield de Julio Falcioni en el nuevo Gasómetro, y el festejo retumbó en todo el país. Los hinchas xeneizes celebraron en el Obelisco y el plantel vivió una fiesta en el hotel donde se alojan en Bahía Blanca, donde hoy se enfrentará con Olimpo a las 19:45.
La euforia de los jugadores de Boca llegó a su máxima expresión cuando varios de ellos salieron a la calle enfundados en sábanas simulando ser «fantasmas» en clara alusión al descenso de River de hace algunos años. En tanto, el entrenador Guillermo Barros Schelotto salió a la calle para acercarse a los simpatizantes, saludarlos, sacarse fotos con varios de ellos y agradecerles el haber ido a festejar junto con la delegación.