El ministro de Seguridad bonaerense manifestó que está molesto y podría abandonar el Frente de Todos luego del 14 de noviembre. Si bien el Gobierno de Kicillof descartó que renuncie, hay una fuerte disputa con Martín Insaurralde.
Luego de una fuerte ola de crímenes en la provincia de Buenos Aires en los últimos días, la gestión de Sergio Berni volvió a quedar en la cuera floja después de los rumores de una posible salida del Gabinete de Axel Kicillof.
Desde el propio entorno del ministro de Seguridad bonaerense filtraron la posibilidad de que abandone su cargo después del 14 de noviembre, cuando se definan las elecciones legislativas. “Él quiere ser presidente en 2023 y como no hay lugar en el Frente de Todos, se va de ahí”, explicaron fuentes cercanas.
El mismo funcionario bonaerense reveló que tuvo una “fuerte discusión” con Máximo Kirchner, el líder de La Cámpora, por la estrategia que usó la alianza oficialista para las PASO, lo que terminó con la derrota de las listas del Frente de Todos.
Sin embargo, cerca de Máximo Kirchner aseguraron que “nunca se peleó” con el ministro Berni. Además, desde la gobernación bonaerense aseguraron que Kicillof está “trabajando a pleno con él y su equipo”.
De todos modos, si hay confirmaciones de que mantiene una relación tirante con el flamante jefe de Gabinete de la provincia de Buenos Aires, Martín Insaurralde, y desde La Plata aseguran que no vería con malos ojos la salida de Berni.
En ese sentido se mencionan como posibles sucesores de Berni a Mariano Cascallares, intendente de Almirante Brown, y a Alejandro Granados, de Ezeiza, quien ya ocupó ese cargo en tiempos de Daniel Scioli como gobernador.
