Swiss Medical y OSDE lideran la iniciativa para recuperar la rentabilidad de los principales financiadores privados del sistema de salud, luego de años sometidos a estrictos controles.
En el contexto actual, las compañías de medicina prepagada parecen inclinadas a reajustar sus márgenes de rentabilidad, lo cual habilita la implementación del reciente decreto propuesto por Javier Milei. Este ajuste se traduciría en la imposición de aumentos considerables sobre los afiliados, mayoritariamente pertenecientes a la clase media, incluso a riesgo de perder una cantidad significativa de ellos.
De acuerdo con información recopilada, los líderes del mercado de la salud privada, Swiss Medical y OSDE, están actualmente evaluando el alcance del aumento a aplicar en las cuotas de febrero, tras la subida del 40% implementada en enero.
Claudio Belocopitt, propietario de Swiss Medical y presidente de la Unión Argentina de Salud (UAS), al parecer aboga por un incremento adicional del 40% en febrero para lograr un «equilibrio» en la relación costo/beneficio. Belocopitt, quien controla los principales sanatorios del país, sostiene que el sector de la salud privada está sobredimensionado y aboga por una reestructuración que conserve únicamente a los principales actores, como OSDE, Medicus, Omint y Medifé, entre otros. Propone ofrecer planes con copagos a personas con poder adquisitivo medio.
Aunque no existen estimaciones actuales precisas, se menciona en el ámbito de la salud que las prepagas estarían dispuestas a tolerar la pérdida del 30% de sus afiliados durante este proceso de reestructuración.
En el caso de OSDE, perder el 30% de los asociados significaría aproximadamente 500 mil personas. A pesar de las advertencias previas de las empresas sobre el retraso tarifario del 80%, se plantea que un aumento del 40% en febrero sería suficiente para equilibrar las finanzas, aunque esto conllevaría un éxodo potencialmente perjudicial de afiliados, poniendo en riesgo el sistema de salud pública.