En un partido que por momentos se hizo de ida y vuelta, Juan Pablo Añor y Josef Martínez habían puesto en ventaja a la “Vinotinto”, pero Lucas Pratto y Nicolás Otamendi emparejaron las acciones.
Argentina, sin Messi, se presentó en el estadio Olímpico de Mérida con una actitud agresiva para golpear a una debilitada Venezuela. La diferencia en la calidad de los intérpretes se reflejó en el campo de juego en los primeros movimientos. Pero a medida que el partido se desarrollaba las cosas irían cambiando de tono.
Para el desconcierto de muchos, Venezuela pegó primero antes de llegar al descanso. Con un tremendo golazo, Juan Pablo Añor dejó sin posibilidades a Chiquito Romero y la desesperación albiceleste comenzó a surgir. Bauza esperaba con ansias la llegada al vestuario para corregir los constates errores de sus dirigidos.
Sin embargo, el entrenador no cambió nada. Y nada cambió en el partido. La notable destreza de Salomón Rondón le permitió al rápido delantero del Torino extender la diferencia con un amague que dejó desparramado al ex arquero de Racing. El 2 a 0 era humillante.
La perseverancia de Pratto, la figura del partido, volvió a poner a la Argentina en juego. Luego los ingresos Lucas Alario y Ángel Correa poblaron el área de Venezuela con más actitud que buenas ideas. Argentina comenzó a llevarse por delante a su rival en los últimos minutos exponiendo las debilidades defensivas locales. Las desprolijidades del caso llevaron a que Otamendi establezca el 2 a 2 para evitar el papelón.
El empate evitó que a los dirigidos por “el patón” los tape el agua. La Vinotinto no se animó a vencer al gigante de Sudamérica y sigue sin cosechar triunfos en las eliminatorias. Sin dudas, Argentina extrañó a Lionel Messi.