Apuesta de Macri: quiere a Frigerio en Washington, al frente del BID

El ministro del Interior será candidato para presidir el Banco Interamericano de Desarrollo. Mientras tanto, Argentina va a convivir con el riesgo país alto todo el año próximo. Ya califica entre las de mayor riesgo, después de Venezuela.


Rogelio Frigerio, el ministro todoterreno, será candidato para liderar en Washington el Banco Interamericano de Desarrollo. Lo propuso Mauricio Macri en la última Cumbre del G-20 y la iniciativa fue bendecida por la administración de Donald Trump. Frigerio tendría así el principal apoyo para dirigir el banco que financia proyectos de inversión en toda América latina.

Argentina podría -también- colocar una figura en el centro clave de decisión política y financiera. El acuerdo final a la designación se logrará en la Asamblea anual del BID de abril del año próximo y Frigerio podría asumir al comienzo de 2020. El tema lo conocen unos pocos en el Gobierno. Es un secreto, pero Clarín lo confirmó en la Casa Rosada. Macri trató el tema en la reunión privada con Trump. Después Steven Mnuchin, el secretario del Tesoro, confirmó la bendición: Washington avala la candidatura de Frigerio y ahora es el principal favorito a reemplazar a Luis Alberto Moreno.

EE.UU. tiene el paquete mayoritario de votos y arrastra un bloque que incluye, entre otros, a Canadá, México, Colombia y Chile. Tendrá que superar los seguros torpedos de Jair Bolsonaro. Pero Brasil no se va a oponer a Trump. La movida diplomática tiene amplia repercusión: sería un reconocimiento a Frigerio, porque será el primer argentino en presidir el BID. También constituiría un aval internacional concreto a Macri: coloca a un hombre de su gobierno en un centro de decisión internacional.

Claro que la medida tiene fuerte impacto interno: Macri se desprende del principal interlocutor con la oposición y quien enhebró importantes acuerdos de gobernabilidad. Entre ellos, el último: el Presupuesto de 2019. Frigerio va a seguir siendo ministro hasta fines del mandato, pero la decisión del Presidente tiene una lectura clara: se va a abroquelar cada vez más en su núcleo íntimo, el universo que lidera Marcos Peña y en el que reina Jaime Durán Barba.

Emilio Monzó ya anunció su partida. Ahora se sumaria Frigerio. Ambos no comparten los criterios antiperonistas de la Jefatura de Gabinete. El Presidente tuvo ayer una reunión privada con el embajador en España. Ramón Puerta entró a Olivos y se abrió un sinfín de especulaciones: en la Cancillería dicen que está en la grilla para suceder a Jorge Faurie.

Faurie ya terminó la gestión para la cual fue convocado: como experto en protocolo, evitar deslices en el ritual de la ceremonia del G-20. Además quiere ser candidato en Santa Fe. Puerta es amigo de Macri, pero seguirá solo como embajador. Trabaja para la formación de un peronismo Federal y Republicano. Dice que Cambiemos se puso “muy gorila”.

El encuentro de gobernadores, el miércoles, reflejó una cosa: la soledad de Cristina en el peronismo. En esa reunión, Sergio Massa denunció: “Macri pone anabólicos en las encuestas a favor Cristina”. Mario Quintana está desplegando un fuerte lobby para volver a la Casa Rosada. El ahora “Lilito” estuvo a solas con el Presidente, pero es difícil su regreso mientras siga fría la relación Carrió-Macri.

Argentina va a convivir con el riesgo país alto durante todo el año próximo. Ya califica entre las naciones de mayor riesgo, después de Venezuela. El BCRA fue este año el que más devaluó su moneda después del régimen de Nicolás Maduro. La propia estrategia electoral de Cambiemos asegura un piso y la situación económica tampoco garantiza nada.

El “ riesgo país” va a seguir alto por tres cuestiones clave. Primero, la inestabilidad internacional que genera el “efecto Trump”. El lote de economías financieras como la Argentina, Ecuador o Ucrania tienen indicadores de 800 puntos. El “efecto Durán Barba” de polarización le da aire a las aspiraciones de Cristina y de su populismo. El JP Morgan -en un informe reservado para sus clientes- dice que también genera inestabilidad el 2020.

Así lo afirma: “Aún asumiendo que a la Casa Rosada le sale bien la martingala, la polarización dejaría un Congreso más hostil y una capacidad menor al Gobierno para hacer reformas”. El tercer factor es el obvio “equilibrio inestable” de la economía local: actividad en recesión y situación financiera precaria. Macri avaló una decisión de Nicolás Dujovne. Fue esta semana: la tasa de interés va a bajar en forma muy conservadora. Ocurrió en una reunión clave de estrategia electoral.

Ambos coincidieron: el proyecto de la reelección no soporta otra corrida del dólar. Una suba abrupta sería letal para las aspiraciones de Macri. En la intimidad, Dujovne aseguró que no existe combustible para nuevas corridas: tasas altas, iliquidez de pesos e inversores externos que ya se fueron de Argentina. Dujovne afirmó que el “trío” de factores aseguraría un “dólar controlado”. Pero los tres factores también aseguran otra cosa: una lentísima recuperación económica.

La Cámara Federal confirmó el jueves el anticipo de Clarín: ratificó el procesamiento de Cristina y le cambió la carátula del delito a la mayoría de los empresarios. Los sacó de la asociación ilícita y los culpa de cohecho: pago de sobornos. También dio una instrucción a Claudio Bonadio: que investigue las denuncias que aportó Techint sobre Venezuela. Fue el argumento de defensa de Luis Betnaza y Paolo Rocca. Pero anoche en el movimiento empresario había un sabor “agridulce”. Todo indica que más sorpresas van a sacudir la modorra del verano.

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