Pablo Lavallén, confeso hincha del equipo de Nuñez, recibió amenazas de muerte pero no hizo la denuncia.
«Me han llegado mensajes advirtiéndome que si le ganamos a River ellos sabían dónde vive mi familia o a qué escuela van mis hijos», señaló el técnico quién definió las amenazas como «un acto de cobardía de aquellos que se escudan en el anonimato que permiten las redes sociales y después borran los mensajes”.
«Como trabajador tenemos que defender al club que nos paga y nos da la posibilidad de trabajar», agregó Lavallén.
Ante este incidente, el club tucumano respaldó a su técnico. «El Club Atlético Tucumán se solidariza con nuestro director técnico, Pablo Lavallén, y repudia las amenazas recibidas a su persona», publicó la institución Atlético Tucumán en su cuenta oficial de Twitter.
«Es muy triste lo que vivimos y por situaciones como estas los mejores entrenadores y jugadores se van del país, ya que esta locura de la sociedad hace que un partido de fútbol sea algo de vida o muerte», sostuvo el entrenador, quien aclaró que no hizo la denuncia por las amenazas ya que «son anónimas». «No puedo saber quienes las hacen», explicó.