El director del laboratorio Biogénesis Bagó, Rodolfo Bellinzoni, explicó la composición del actual inmunógeno utilizado en Argentina y las amenazas para el status sanitario.
El Gobierno Nacional tomó la decisión de “modificar la dosis de la vacuna contra aftosa para el ganado bovino para que pase de ser tetravalente a bivalente”, así lo informó en una conferencia de prensa el vocero presidencial Manuel Adorni.
Esto significa que, según detalló el propio portavoz, múltiples laboratorios podrán ingresar dosis a la Argentina para ofrecerlas a los productores. El argumento por parte de Nación es que existe un “sobreprecio” en la oferta dentro del país y esto ayudará a la competitividad en el mercado.
Por esa línea, Adorni explicó: “En la Argentina hay cerca de 54 millones de cabezas de ganado a las que se les aplica, como todos saben, dos vacunas a cada una por año. Cuando hablamos de quitarle peso al productor estamos hablando de un negocio de 110 millones de dosis por año, o sea, es una cifra realmente significativa para los productores”.
Según explican desde el sector veterinario, la Argentina tiene un estatus sanitario catalogado como libre de aftosa, esto es fundamental para proyectar sus exportaciones de carne hacia mercados de alto valor. Tanto el Servicio de Sanidad Animal (SENASA), la industria farmacéutica y de salud animal, como las autoridades sanitarias desempeñan un papel crucial en el mantenimiento de este estatus.
En ese sentido fue que el director de Biogénesis Bagó, Rodolfo Bellinzoni, habló sobre la composición de la vacuna producida por el laboratorio y el por qué una modificación en ella implicaría un riesgo para la condición sanitaria del país.
“En Argentina se utiliza una vacuna tetravalente contra la fiebre aftosa y se la debe considerar como la mejor opción para garantizar el estatus sanitario de nuestro país. La misma es elaborada por dos laboratorios en Argentina, Biogénesis Bagó y CDV”, indicó.
El médico veterinario especificó que con la iniciativa del Gobierno la vacuna pasará a tener “solo dos virus”, mientras que la actual cuenta con “cuatro virus”.
Bellinzoni sostuvo que “si bien la decisión y responsabilidad es finalmente del SENASA, las consecuencias de una mala decisión afectarán a todos los productores y en consecuencia a la economía del país”.
“En este debate se propone retirar el virus A2001 que fue el último en aparecer en Argentina en el 2001 y en cambio mantener el A24 que es un virus aislado en el año 1955″, aclaró.
En esa línea, el titular de Bagó manifestó que el inmunógeno que se utiliza en nuestro país “es la más moderna y validada del mundo en términos de protección contra las variantes de virus de fiebre aftosa”.
Por eso indicó que “retirar el virus A2001de la vacuna sería un error y un paso atrás en términos de protección contra las variantes de virus tipo A que hoy circulan por el mundo, especialmente en países de la región como Venezuela donde está presente la enfermedad y no existen datos claros de cuáles son los tipos de virus de la aftosa circulantes”.
Según explica Bellinzoni, la inclusión del virus A2001 en las dosis combinado con el A24 “le agrega valor” ya que con esto “amplia su protección y eso hace que todos los países con análisis de riesgo actualizados elijan esta vacuna”.
Por ello es que “los análisis de riesgo necesitan hacerse en todo sentido” y resaltó que al tratarse de vacunas originadas en otros países se debe “evitar el ingreso de enfermedades no existentes en el país, así como también medir las consecuencias de reducir el nivel de protección de nuestro rodeo”.
En consecuencia, explicó que el riesgo de cambiar el status de protección significaría un “retroceso” y “una grave amenaza”. Así, ejemplificó con los casos de Bolivia y Brasil, donde se dejó de vacunar y por eso “su rodeo perderá rápidamente los niveles de inmunidad”.
Además, en otros países “como Venezuela aún no se han librado de la fiebre aftosa y Colombia ha tenido brotes en el año 2017 y 2018, a pesar de estar en un plan de vacunación que utiliza la vacuna bivalente”, la cual ingresará al país.
Por último, Bellinzoni advirtió que los cambios en la región “representan nuevos escenarios de riesgo y no hay que olvidar los vertiginosos cambios que hay a nivel global en cuanto al movimiento de personas y mercaderías de toda índole, generándose constantemente nuevos riesgos adicionales”.
“Argentina posee la mejor herramienta para estar seguros y está validada a nivel global por varias autoridades regulatorias y desafíos a campo, por lo que cualquier cambio debe ser para mejorar y no para que con el polémico argumento de “modernizar” se termine retrocediendo en todo lo conseguido en termino de estatus sanitario y acceso a mercados”, concluyó.
