Abuelas de Plaza de Mayo celebró la restitución de la identidad del nieto 133

Su madre, Cristina Navajas, había sido secuestrada durante la última dictadura cívico-militar cuando estaba embarazada de él: «Tengo la sensación de haber encontrado un ser hermoso, realmente especial», expresó su hermano, Miguel.


Las Abuelas de Plaza de Mayo confirmaron el hallazgo y restitución de identidad del nieto 133, hijo de Cristina Navajas y Julio Santucho, y nieto de Nélida Navajas, a pocos días de el 40° aniversario del retorno a la democracia.

La organización no gubernamental que se dedica a buscar a hijos y nietos de desaparecidos durante la última dictadura cívico-militar brindó una conferencia de prensa para anunciar el hecho: «Nélida pudo ver en él el legado de su lucha», señaló Estela de Carlotto, presidenta de la asociación.

«El trabajo de la búsqueda que hacemos las Abuelas es una tarea tan seria como necesaria. Es desde el amor, que anima a que los que saben puedan decir lo que saben y los que dudan se acerquen», expresó.

El nieto recuperado, cuya nombre fue preservado, aun no había nacido cuando su madre fue secuestrada por un grupo armado del Ejército, el 13 de julio de 1976. Cristina tenía 26 años en el momento del rapto, donde fue derivada a la Coordinación Federal y luego al centro clandestino de detención Automotores Orletti. A

Allí fue torturada junto con sus compañeras, quienes relataron que durante su secuestro ella se identificó ante los represores: «Soy Cristina Navajas, militante del PRT y estoy embarazada», indicó.

Muchos años después, tras una intensa búsqueda se ataron los hilos para poder reunir al nieto nacido en cautiverio junto con sus familiares, que tuvo como parte el proceso por la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi), el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) y la Unidad Especializada para Casos de Apropiación de Niños durante el terrorismo de Estado (Uficante).

Tras la noticia, su hermano Miguel Santucho, expresó: «Tengo la sensación de haber encontrado un ser hermoso, realmente especial. No tengo dudas de que vamos a estar juntos el resto de nuestras vidas porque nos buscamos, nos quisimos encontrar. Y el abrazo que nos dimos es para siempre».

«Tengo la suerte de trabajar en este lugar, con los chicos y jóvenes que vienen y me abrazan, que me dicen que lo voy a encontrar. Me decían, porque ya lo encontré», añadió con visible emoción.

Por su parte, su padre Julio aseguró que «esto es una derrota a la dictadura, que nos quería quitar a los hijos pero los estamos recuperando».

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