Juan Pablo Biondi mantiene su rutina al lado del Presidente, pese los señalamientos internos por la difusión de la foto de Olivos; tampoco da señales de alejar a Julio Vitobello, otro de los cuestionados.
Por Jaime Rosemberg para La Nación.
Su rutina diaria, que en general comienza temprano en la quinta de Olivos con la lectura de diarios y culmina bien entrada la noche, sigue siendo la misma para Juan Pablo Biondi, el vocero presidencial que días atrás quedó en el ojo de la tormenta de propios y ajenos luego de la difusión de la foto del cumpleaños de Fabiola Yañez, en plena cuarentena, junto al presidente Alberto Fernández y un grupo de invitados.
“El dice que si Alberto decide que tiene que irse y ayudarlo desde otro lado, lo va a hacer. No se lo toma como algo personal”, dicen cerca del vocero presidencial cuando consultan sobre su continuidad en el cargo. Por estos días, según comenta un colaborador, Biondi recordó que conoce a Fernández desde 2008, cuando el hoy presidente salió eyectado del poder luego de la resolución 125. Sigue a sol y a sombra al Presidente desde hace ya más de dos años, aún antes de la campaña para las PASO de 2019 que lo acercó a la Casa Rosada. “Si se va, vuelve a vivir”, bromearon colaboradores del vocero en las últimas horas, sin creerse del todo la posibilidad de una salida del cargo.
Ni siquiera el pedido de la vicepresidenta Cristina Kirchner, que ayer en Avellaneda le pidió “ordenar lo que tenga que ordenar”, motivó hasta el momento ningún movimiento del Presidente, ni sobre Biondi ni sobre el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, sindicado también y aún dentro del gabinete como otro protagonista del “entorno” del Presidente, y cuestionados ambos por “no poner límites” a Fernández. “Ni Julio ni Santiago (Cafiero) ni Biondi son obsecuentes ni le venden el diario de Yrigoyen al Presidente. Le dicen todo lo que pasa y él toma las decisiones”, los defienden en la intimidad del poder.
En conversaciones informales, Biondi utiliza la palabra “mal gusto”, cuando se refiere a Horacio Verbitsky, quien en su columna del sitio web El Cohete a la Luna lo cuestionó por su vínculo personal con la periodista Guadalupe Vázquez, quien difundió la segunda la foto del cumpleaños “que no debió pasar”. Mientras defendía la tarea de periodista que realiza desde los 17 años, Biondi se mostró en los últimos tres días cerca de Fernández. El lunes, en La Matanza, ayer en Avellaneda y hoy en La Plata, continuó con esa estadía permanente al lado del Presidente, sin “esconderse”, según definió un colaborador. Una presencia que se extiende también a sus habituales viajes como copiloto del Presidente o las largas tertulias con referentes políticos, sociales o de la farándula que Fernández se resiste a dejar porque son “parte de su esencia”, como lo reconocen cerca del Presidente.
¿Fernández prescindirá de Biondi, Vitobello u otros integrantes de su cotidianeidad en la gestión? “No hay chances de que eso ocurra en lo inmediato. Ahora estamos en modo campaña”, coinciden tres ocupantes de despachos importantes en Balcarce 50. En diálogo con colaboradores directos, Biondi y también Vitobello también niegan que el Presidente les hubiera comunicado de algún cambio en lo inmediato. “Lo de Cristina fue un discurso espectacular, lo respaldó a Alberto como nunca, pero los medios rescatan tres palabras, un pedido de ordenar que lo puede hacer cualquiera”, se quejaban cerca del Presidente como modo de minimizar su pedido de “orden”.
Claro que las críticas internas no se reducen a Sergio Berni, el ministro de Seguridad bonaerense considerado un “drone perdido” por dirigentes cercanos al Presidente, o al senador Oscar Parrilli. “Hace mucho decimos que hay que ordenar la comunicación. ¿Y encima pasa esto?”, cuestionan a Biondi desde un ministerio albertista, donde piden también “reuniones de crisis” para resolver “casos delicados” como el terremoto que sobrevino a la difusión de las fotografías. “Alberto escucha a muchos ministros y gente que lo asesora; no está todo el día con nosotros”, dicen cerca de los apuntados a modo de contraataque.
“El problema no son ni Biondi ni Vitobello. Es Alberto el que tiene que cambiar de mentalidad y cuidarse”, conceden otros dos funcionarios, en referencia a la propia frase del Presidente, quien dijo que “se olvida” el cargo que ocupa mientras se disculpaba por la reunión del escándalo. “De él depende rectificar, corregir, crear nuevas prácticas, empoderar a otros compañeros”, coincide en voz baja otro albertista con despacho, sin menciones a Biondi, el escudero del Presidente que no piensa en dejar de ser “leal” al Presidente ni irse de su cargo.