Con las últimas emisiones de bonos del Gobierno, la suma de pasivos del sector público y privado en moneda extranjera creció 26% o USD 40.500 millones en un año.
El aumento de la deuda pública del Estado nacional, es decir el total de pasivos en pesos y dólares, preocupa; pero también es relevante el nivel de deuda externa bruta, que contabiliza las obligaciones en moneda extranjera contraídas por el Estado nacional, provincias y empresas.
Desde la llegada al gobierno de Mauricio Macri y la casi inmediata liberación de los controles de capitales ésta exhibió un crecimiento pronunciado hasta alcanzar un monto récord.
A diferencia de la gestión de Cristina Kirchner, que apeló a la financiación del déficit fiscal con dólares y pesos del Banco Central, con efectos inflacionarios y caída de reservas, la administración de Cambiemos optó por la colocación de deuda en el exterior como principal instrumento de financiamiento del sector público, con la intención de suavizar el ajuste fiscal y el avance inflacionario en un contexto recesivo.
Fue la deuda en dólares tomada por el Sector Público la que más aumentó desde que Macri asumió la Presidencia de la Nación, de los USD 101.870 millones de diciembre de 2015 (sumando a provincias) a unos USD 143.600 millones hoy, al sumar bonos nacionales, provinciales y Letras del Tesoro. Esos USD 41.700 millones significaron una expansión del pasivo del Estado en moneda extranjera del 40,9% desde las salida del «cepo» cambiario.
El Ministerio de Finanzas prevé emitir deuda por USD 40.000 millones en todo 2017. Por un lado precisa unos USD 23.000 millones para cubrir el déficit fiscal previsto en 4,2% del PBI, otros USD 8.600 millones para pagar intereses de deuda y unos USD 20.250 millones para vencimientos de capital (USD 17.425 millones de títulos públicos y USD 2.819 millones a organismos internacionales).