Los aspirantes a la presidencia de los Estados Unidos se enfrentaron por el rol de Rusia en la campaña, la inmigración y el aborto.
Fue el intercambio donde más se discutieron planes estratégicos hacia el futuro. En el último round antes de las elecciones presidenciales de los Estados Unidos del próximo 8 de noviembre, Hillary Clinton y Donald Trump debatieron acerca de las armas, el rol de Rusia en la campaña, la inmigración, el aborto, la economía, y las acusaciones de varias mujeres contra el magnate por abuso sexual. Sobre el final, el empresario tuvo un insólito exabrupto: dejó dudas sobre si aceptará o no un resultado contrario el 8 de noviembre.
Trump estuvo moderado al comienzo, disciplinado y con ciertas chicanas que pusieron en apuros a Hillary, que no brilló, pero estuvo sólida, con buen tono en sus ataques y, fundamentalmente no cometió errores. Una encuesta de la CNN dio por ganadora a Hillary por 52% contra 39% de Trump.
En definitiva, este tercer debate no cambiará dramáticamente la carrera por la Casa Blanca, pero agrega un manto de dudas sobre lo que sucederá el 8 de noviembre. ¿Aceptará el magnate una derrota, si los estadounidenses le dan la espalda? Sólo ese día se sabrá.