Autos autónomos, electrodomésticos, teléfonos y una veloz transferencia de datos, son algunos los grandes desafíos de las comunicaciones del futuro.
El objetivo de toda nueva generación de red móvil es multiplicar la velocidad de la conexión, pero detrás del 5G hay mucho más que eso. En la actualidad, la telefonía celular está compuesta por tres redes: 2G (voz digital), 3G (voz y datos) y 4G. La primera gran diferencia entre esta última y lo que hoy se anunció es la frecuencia que utilizan.
Mientras en 4G lo más habitual es usar frecuencias bajas, entre los 800 MHz y 2.6 GHz, en el caso de los test que se realizaron con 5G hasta ahora se han utilizado bandas situadas entre los 26 y 38 GHz.
Este salto tecnológico en materia de comunicación móvil que promueve la empresa tecnológica estadounidense Qualcomm traerá mejoras en los juegos online, transmisión de video en 4K, vídeoconferencias, electrodomésticos intelgentes (IoT), Smart City (ciudades Inteligentes) y el desarrollo de autos autónomos. En este campo, por ejemplo, los vehículos tendrán la capacidad de cotejar información precisa y de manera inmediata que mejore la conducción, incluso, aquella imposible de detectar para el ojo humano.
El 5G que prevé que esta red móvil sea la de las maquinas. Por un lado las velocidades de las que hemos hablado antes no son velocidades que se repartirán entre los dispositivos conectados a una misma antena, sino que las estaciones bases serán capaces de dar dichas velocidades a cada terminal conectado, reduciendo los habituales problemas que se dan en grandes aglomeraciones.
La flamante red permite pensar un ecosistema tecnológico que irá desde la transferencia. Eso sí, lo primero de todo será que todos los países se pongan de acuerdo en cuáles serán concretamente las bandas que se destinarán para esta potente red móvil.