Mirando las elecciones, el gobierno lanzó una serie de medidas para darle un respiro a los bolsillos.
Con el año electoral en pleno desarrollo y a favor de un colchón de superávit acumulado en los últimos meses, el gobierno de Javier Milei lanzó algunas medidas que se perfilan como un “plan platita”, sin emisión y con base en la ideología libertaria.
Posiblemente la medida más fuerte en ese sentido es la reducción del 4% en el precio de los combustibles dispuesta para mayo, lo cual tendrá impacto directo en toda la cadena de producción y logística.
La decisión tiene dos componentes: por un lado, la baja internacional del precio del petróleo –que se hundió por debajo de los U$S 60 dólares por los temores a una recesión mundial– y por el otro, una medida de “consumo interno” como la postergación de la actualización de los impuestos que gravan a los combustibles. El Gobierno había venido ajustando mes a mes este componente y en mayo decidió pausar esa secuencia.
Uno de los principales objetivos de esta decisión es que los precios retomen el cauce de desinflación que habían perdido en marzo con la suba de 3,7%. Los datos de abril son alentadores, ya que la variación estaría por debajo de ese porcentaje, aunque igual cerca de la zona del 3%, un número que de todas maneras no le resulta cómodo al gobierno.
Por eso, a la baja por la caída del petróleo, la reforzó con la no actualización del impuesto.
Una segunda medida es la reducción del porcentaje de actualización de las tarifas de gas y electricidad, que se ajustarán entre 2,5% y 3%, por debajo de la inflación.
Acerca de esta medida, el especialista Julián Rojo explicó que “mientras el precio sin subsidios aumenta 40% (por la actualización de dos de los componentes de la tarifa que se ajustan en forma semestral al ingreso al invierno), el precio que paga la demanda lo hace en 2,3%”.
La contrapartida de esta decisión es un “incremento en las transferencias por subsidios eléctricos”.
Para Rojo, con este esquema, “todos los usuarios residenciales tendrán subsidios este invierno” y precisó que los usuarios de más alto poder adquisitivo (N1) tendrán de esta forma un subsidio en el componente generación de alrededor de 27%.
En diferentes porcentajes también lo tendrán aquellos del segmento N2 y N3, que son los sectores de medios y bajos recursos.
En consecuencia, en los meses previos a la elección, todos los bolsillos se verán aliviados.
La tercera movida vino por el lado impositivo. La Agencia de Recaudación y Control Aduanero (ARCA) prorrogó el plazo de adhesión para planes de facilidades de pago para las pymes y redujo el porcentaje de pago a cuenta en Bienes Personales y Ganancias, con lo cual se amplía el monto a financiar.
En consecuencia, le dio más plazo a las pequeñas y medianas empresas para pagar deudas y les dio “más pedal” a las personas para pagar Bienes Personales y Ganancias. Ambas decisiones redundan, de algún modo, en mayor dinero en las cajas de las empresas y en los bolsillos de los trabajadores.
El plazo para inscribirse en los planes de facilidades de pago vencía el 30 de abril y fue prorrogado hasta el 30 de mayo. Allí se pueden incluir:
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Obligaciones impositivas y de los recursos de la seguridad social, incluidas sus intereses y multas.
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Retenciones y percepciones impositivas.
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Multas impuestas, cargos suplementarios por tributos a la importación o exportación, y liquidaciones de esos tributos comprendidas en el procedimiento para las infracciones, así como sus intereses.
Respecto de los pagos a cuenta de ambos gravámenes se redujo a los siguientes porcentajes:
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Pequeños Contribuyentes, Micro y Pequeñas Empresas, Entidades sin fines de lucro: 17%
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Medianas Empresas Tramo 1: 23%
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Medianas Empresas Tramo 2: 23%
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Demás Contribuyentes: 28%
Junto a este esquema también se anunció la eliminación de las retenciones para más de 4.100 productos industriales que pagaban entre 3% y 5%.
En síntesis, Milei “se juega el pozo acumulado” en materia de superávit fiscal para fortalecer su posición política de cara a las elecciones que se avecinan.