Por primera vez, desde la muerte de Lía Crucet, su marido Tony Salatino habló sobre una relación casi nula con la hija de la cantante
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«¿Lía arrancó primero que Gladys?», le consultaron. «Ella dice que no, pero yo creo que sí. Una vez fuimos a trabajar a Tucumán, vino Gladys ahí y la seguía a Lía. Yo no la había escuchado nunca como cantante», recordó.
En otra parte de la entrevista, Salatino se refirió a Karina, la hija de Lía. «Mi relación con Karina siempre estuvo ahí. Siempre hubo problemas», expresó.
«Igual, la quiero mucho, porque me dio un abrazo cuando estábamos en el velatorio, pero ya está, que se quede ahí y yo me quedo acá», agregó Tony, quien dio a entender que siempre hubo problemas de celos y dinero con Karina.
«Yo siempre la quise como una hija. Es más, siempre la traté como una hija», afirmó Salatino y sostuvo que su relación con Karina se complicó cuando nació Ezequiel, el hijo que tuvo con Lía.
Luego, aseguró que el conflicto es «económico». «La casa esta está a nombre de Ezequiel, por las dudas, porque si no, se va a quedar en bolas. A ella se le dio dos casas, una fue un departamento en Olivos, que lo vendió a 5 mil pesos. Lo regaló, prácticamente. Y después Lía, cuando falleció su madre, le regaló la casa de la madre que tenía en Lanús. O sea, tuvo lo de ella. Si ella no invirtió bien, ¿qué quería? Ahora él tiene que tener lo suyo», contó.