María Eugenia Ordóñez, directora de desarrollo de la Fundación Desafío Bariloche, dialogó con Diego Corvalán en Ventana Abierta para contar cuáles son las actividades que se desarrollan para el crecimiento de la disciplina.
Los Juegos Paralímpicos de París 2024 están a la vuelta de la esquina y está nueva edición promete seguir elevando la vara en cuanto a la visualización de las disciplinas adaptadas en el mundo.
La delegación paralímpica argentina tendrá 70 atletas compitiendo en 14 disciplinas a lo largo del mega evento deportivo, que irá del 28 de agosto al 8 de septiembre. Son 13 deportistas más que los que partieron a Tokio 2020.
De a poco el deporte adaptado va ganando más terreno en la agenda de los argentinos y una disciplina que tiene gran relevancia en nuestro país, más precisamente en San Carlos de Bariloche, es el esquí adaptado.
«El esquí adaptado es un deporte que permite que cualquier persona con discapacidad o cualquier trastorno de personalidad pueda llevar adelante esta actividad, para que se puedan desplazar en la nieve en un ambiente natural y disfrutar de todo lo que la montaña implica», explicó María Eugenia Ordoñez, directora de Desarrollo de la Fundación Desafío Bariloche, en diálogo con el periodista Diego Corvalán para el programa Ventana Abierta por Radio Continental.
«El deporte implica distintos tipos de adaptación según la discapacidad y el grado de discapacidad de la persona. Por ejemplo, las personas con discapacidad motriz, si tienen mayor movilidad en la parte superior del torso, pueden esquiar sentados en forma independiente que es el caso del esquí paralímpico que lleva adelante Enrique Plantey«, mencionó en referencia a una de las principales figuras de la disciplina en Argentina y Latinoamérica.
Asimismo, profundizó: «Después hay gente que puede esquiar parada con stabilos, que son como dos bastones que se enganchan en los brazos. Hay esquí para gente ciega, entonces se los acompañan en ese proceso de aprender a esquiar sin ver. Y así, también, con la gente con discapacidades intelectuales, donde ya no hay una adaptación en términos del equipamiento sino del acompañamiento de esa persona en el proceso de aprendizaje».
En cuanto a la relevancia que tiene la Fundación Desafío Bariloche dentro de la disciplina, su directora detalló: «La fundación lleva 30 años llevando adelante este proceso de enseñanza. Somos aliados de una organización de Estados Unidos, que es quien ha donado a lo largo de todos estos años el equipamiento especial y también manda permanentemente instructores. Hacemos un intercambio: los profesores de acá van para allá, los de allá van para acá, y de esa forma nos vamos retroalimentando y alcanzando esos estándares mundiales en el esquí adaptado».
Con la meta de dar a conocer la iniciativa y que llegue a más personas, Ordóñez dio a conocer las redes de la Fundación Bariloche, cuya base de operaciones se encuentra en el Cerro Catedral: «Estamos en Instagram y en Facebook como Desafío Bariloche. También tenemos la página web, que es desafiobariloche.org.ar», indicó.
«Difundir esta actividad para nosotros es clave. Mucha gente no sabe ni que existe y cuando llega acá es como que descubren un mundo nuevo. Es como una luz que mucha gente encuentra en la montaña, en poder disfrutar y sentirse libre», aseguró.
«Algo que el otro día decía Enrique Plantey es que una vez que te subís a esas tablas, todo se equipara. Muchas cosas que uno no puede hacer en la vida diaria, al poder deslizarse en la montaña, se logra un nivel de independencia que en otros espacios no se logra. Realmente es algo superador», concluyó Ordoñez.