La madre de César Sena y esposa de Emerenciano, detenidos por el femicidio de Cecilia Strzyzowski, sufrió mareos y fue llevada a un centro médico.
Marcela Acuña, madre de César Sena y esposa de Emerenciano, fue repudiada cuando ingresó al Hospital Perrando de Resistencia tras haber sufrido un mareo.
La mujer es una de las detenidas por la desaparición de Cecilia Strzyzwoski, cuya carátula ya pasó hace varias semanas de «desaparición» a «femicidio».
Según explicitaron fuentes judiciales, los mareos que sufrió pueden estar vinculados con la ingesta de la medicación que toma para la tiroides. De todos modos, desde la defensa argumentan que se trata de una «puesta en escena» para recibir el beneficio de la prisión domiciliaria.
Acuña está llevando adelante una huelga de hambre desde el 13 de junio para pedir por su liberación. Por esta razón, el malestar que obligó su traslado pudo deberse a esta causa.
De un modo u otro, lo cierto es que la esposa de Emerenciano tuvo que ser trasladada al centro de salud con chaleco antibala y casco para protegerla de las personas que se acercaron a insultarla.
Al grito de «Asesina, hija de puta», la mujer fue repudiada. Entre los presentes también se encontraban carteles con la leyenda «basta de impunidad». También, había algunos en referencia a Jorge Capitanich: «Coqui, los queremos presos a los Sena».
Asesina, hdp le gritan a Marcela Acuña en el Hospital Perrando de Resistencia. pic.twitter.com/CXf0F0lVux
— tesi67 (@tesi671) July 6, 2023
Por lo pronto, Acuña permanecerá en el Departamento de Violencia Familiar y de Género donde cumple la prisión preventiva por el delito de «homicidio agravado por el concurso premeditado por dos o más personas».
En los últimos días, acusó a su hijo Cesar Sena de asesinar a Cecilia Strzyzowski.
Por medio de una carta, la dirigente social sostuvo: «Presos con Emerenciano siendo inocentes; con una causa armada desde el partido judicial y radicales. No hay que confundir, una cosa es el hecho del femicidio de Cecilia, repudiable desde todo punto de vista, y otra cosa es el querer inculparnos desde una fiscalía que sin pruebas nos tiene no solo encerrados, paseándonos como trofeos con esposas como delincuentes, sino que nos mete en una causa con una caratula que no se sostiene hacia nosotros con pruebas, solo con supuestos».