A 19 años de la muerte del Gato Dumas se conocieron detalles reveladores
En diálogo con la conductora del ciclo, Andrea Chiarello, la diseñadora recordó que ante el diagnóstico de un tumor prostático, «Existía la posibilidad de un tratamiento o existía la posibilidad de la operación, y fue a la operación». Al tiempo que hizo saber que el Gato era grandote y tenía panza, por lo que todas las operaciones en la parte abdominal no resultaban fáciles. Y explicó que «Tenían que anti coagularlo y un montón de cosas y no lo cuidaron».
Así cuando le dieron el alta y se fue a recuperar a su casa, entre la medicación que le dieron a Mariana para que tome Dumas «No había ningún anticoagulante», continuó recordando. «A él le habían puesto unas botas que lo presionaban y bombeaba la sangre, pero no vino ningún médico a verlo» agregó.
Con el transcurso de los días, la mujer del Gato Dumas habló con los médicos para avisarles que el chef seguía muy agitado, que le faltaba el aire. Pero la respuesta no fue otra que «Era normal por la intubación y la realidad es que no estaba anticoagulado», continuó relatando Mariana sobre los últimos días de vida de su marido.
Así, tras unos 10 días en su casa luego de la operación, al no mejorar Mariana decidió llevar a su marido nuevamente a la clínica dado que nadie fue a verlo para controlar su recuperación. En la guadia «le hacen una placa y salió que tenía un trombo. Entonces quedó en terapia intensiva para anticoagularlo y diluirle la sangre para que eso baje», agregó con un dejo de angustia.
Luego de ello lo trasladaron a un cuarto normal, pero «Evidentemente no se deshizo el coágulo» reveló Mariana Dumas, porque cuando le habían dado el alta y mientras ella estaba en camino a buscarlo para volver a casa, el Gato Dumas sufrió un ACV, por lo que cuando llegó al sanatorio había fallecido.
En tanto, la viuda del famoso chef recordó que llegó a decirle en la cara al médico oncólogo que trató a su marido su responsabilidad en el desenlace final. Tras un año le escribió una carta y se la llevó con un rosal, dado que el Gato amaba las rosas. Allí le pidió «Que la cuide, ‘que no se le muera’, que la cuide como no lo cuidó a él», cerró a flor de piel.